La presentación de la cuarta edición de esta revista estuvo a cargo de la Coordinación de Cultura zonal 4, la Casa de la Cultura Ecuatoriana  y el Centro Cívico Ciudad Alfaro. 

Juan Mullo, director de Traversari, comentó que este proyecto nació en el 2015 en la Casa de la Cultura Ecuatoriana en busca de  crear un espacio de opinión académica a las culturas musicales. 

Esta edición está dirigida a un tema importante: La música montuvia. 

Al evento de presentación asistieron Alexandra Cusme, Yuri Palma, María Isabel Silva, quienes escribieron artículos para la revista; Fidel Intriago, presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Manabí, y gestores culturales de la provincia. 

El amorfino. El amorfino es una composición de cuatro versos de ocho sílabas que expresan lo gracioso, situaciones de enamoramiento, románticas y lo sexual generalmente ligado a lo humorístico. 

Es la forma poética de la oralidad montuvia, es el sentir montuvio,  comunica libertad poética, musicalidad  y la belleza de la improvisación, pero también transmite patrones patriarcales que alimentan dinámicas de poder. 

La cultura montuvia basa el honor y la palabra porque esta palabra conlleva al entendimiento tácito de que lo que se dice se tiene que cumplir.

Patrimonio. Los montuvios son un grupo étnico conformado por campesinos que surgen a finales del siglo XIX producto de la mezcla de aborígenes, esclavos, negros y españoles pobres (Mullo, 2009). Por su condición de campesinos pobres fueron excluidos socialmente, lo que provocó la desvalorización de sus elementos culturales y que aceptaran desde la imposición del subdesarrollo expresiones ajenas a sus realidades.

La música es un elemento sociocultural que genera relaciones de horizontalidad entre los músicos y el público, durante sus presentaciones se considera que la resocialización de la música montuvia permitiría, por la metodología del autodesarrollo comunitario, la revalorización de este bien y gestar vínculos de simetría social al interior de esta etnia montuvia.