Serrano compareció a primera hora de la mañana ante los medios de comunicación para manifestar su opinión sobre la dramática sustitución de Moreno al frente del movimiento que gobierna Ecuador desde 2006 y que él preside desde que el anterior presidente del país, Rafael Correa, dejó el poder en mayo.

La Directiva Nacional de AP destituyó a Moreno por un tecnicismo -ausencia prolongada de las sesiones partidistas- pero en realidad lo hacía por considerar que se ha apartado del camino de la "revolución ciudadana", el proyecto social y político implantando por Correa en la ultima década.

Serrano afirmó que la destitución por ese organismo supone una violación de la Constitución ecuatoriana y del "régimen democrático" porque no se siguió el "debido proceso" en el que se permitiera a Moreno defenderse.

"No se ha permitido la participación del presidente del movimiento en la sesión donde espúreamente se ha tomado la decisión de separarlo del cargo", recordó.

Al mismo tiempo, dijo que se le ha sancionado sin seguir el proceso de que una Comisión Ética del partido analice primero si cometió las faltas que se le imputan.

También reiteró la postura expresada el martes por la noche por el llamado "Buró de AP" en el Consejo de Ministros, acerca de que la Directiva Nacional no está facultada para destituir a su presidente.

"La decisión vulneró los reglamentos del movimiento AP. El régimen orgánico determina que la instancia máxima para la toma de decisiones es la Convención Nacional, después están la Directiva Nacional, la Presidencia y la Secretaría Ejecutiva", explicó.

"Es la convención nacional la que elige al presidente del movimiento", sostuvo al rechazar de plano la destitución de Moreno como presidente de la formación política.

Para Serrano, una "minoría" se ha "atribuido competencias y facultades que no tiene para juzgar y sancionar faltas" y designar a un nuevo presidente, el ex ministro de Exteriores Ricardo Patiño, conocido correísta.

La ruptura en el oficialismo culmina un proceso larvado desde hace varios meses, cuando en julio arrancaron los primeros enfrentamientos verbales entre Moreno y Correa a raíz del alcance de la deuda nacional y sobre las políticas de diálogo con la oposición emprendidas por el actual mandatario.

Se agravó en agosto desde que el vicepresidente Jorge Glas fue despojado de sus funciones y recientemente cuando sus seguidores, entre ellos Patiño, comenzaron a abandonar las instancias de Gobierno.

"Esta acción (la destitución de Moreno) deja en entredicho lo que está en juego, si los intereses de algunas personas o el ejercicio de los derechos de nuestros compatriotas", se preguntó Serrano sobre la crisis. EFE