Con la creación de la Ley de Comunicación y los mencionados entes se debilitó la institucionalidad nacional, y mucho más la posición de la clase política, todo por atender la obsesión que aún tiene el anterior mandatario contra quienes piensan diferente. 

Para muestra está el último llamado de atención que la Supercom hace a diario El Universo, de Guayaquil. Según los funcionarios controladores de la palabra, el periódico se equivoca cuando pone como titular “El puente peatonal a Santay, a pique”. El error, dicen, está en que con este coloquial titular se comunica que el puente se cayó por sí solo, y por lo tanto critican al medio porque, según ellos, el titular no corresponde con la información al no explicar que fue un barco el que lo chocó, ignorando las fotos y los demás elementos de la noticia. 

Estas subjetividades realmente no requieren mayor explicación, porque, como se dice coloquialmente, el chiste se cuenta solo. 

Unas 300 personas trabajan entre la Supercom y el Cordicom para hacer controles como el descrito. Como hemos dicho antes, el presidente Lenín Moreno ha fallado al dejar fuera de la consulta la eliminación de la Ley de Comunicación. Debe buscar la forma de corregir.