Porque si bien el proceso de la recuperación ha sido aligerado en cuanto al reinicio de las funciones y actividades básicas, los sectores sociales motores de aquel febril movimiento social, comercial, educativo, continúan esperando la atención oficial ofrecida.

Comerciantes demandando mejores condiciones para trabajar, ciudadanos reclamando las viviendas prometidas, un gobierno derrocando más casas de propietarios que no tendrán cómo levantarlas nuevamente, siguen siendo parte de la realidad de la capital manabita.

Al igual que lo es la inversión privada, aquella que trata de sobreponerse al infortunio haciendo ingentes esfuerzos por levantar cabeza, procurando impulsar el rescate de la dinámica que ha caracterizado al habitante de la “ciudad que ostenta como soberana la corona triunfal de sus colinas”.

Es en estas condiciones que Portoviejo llega al aniversario 197 de esa gesta libertaria del 18 de Octubre de 1820, que lo acerca al bicentenario - acontecimiento, apenas a tres años- que se presenta como un reto a la inteligencia, a la madurez intelectual y a la capacidad de sus hijos, para superarse como pueblo organizado y poder celebrar tal fecha en una atmósfera de unión y progreso.

Mientras, hay que echar mano a la cordura y al amor al suelo natal, para forjar mejores políticas que los lleven a la  necesaria comprensión.