Moreira, quien además es ingeniero zootecnista, dijo que en este cantón hay graves problemas por la presencia de enfermedades, además de una crisis económica que ha obligado a vender gran parte de los animales, lo cual ha disminuido la población ganadera.
Explicó que antes el cantón tenía más de 800 mil reses, pero ahora calcula que ese número ha disminuido notablemente. “Puede ser hasta la mitad”, dijo, ya que quienes tenían 250 reses ahora tendrán unas 120 porque en verano, cuando han sufrido por la falta de alimentos, debieron venderlas para salir de las deudas contraídas.
Recomendó utilizar ganado de raza que se adapte mejor al medio.
También, que se haga una práctica el ensilaje de pasto, que es recolectar pasto cuando hay en abundancia y guardarlo para el tiempo de escasez, para que el animal no se quede sin alimento y muera debido a que queda expuesto a las enfermedades por debilidad y otros factores.