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El gran banquete de los basureros

Mientras un tercio de la comida se echa a perder, 800 millones de personas sufren hambre en todo el planeta.

Domingo 15 Octubre 2017 | 04:00

 El hambre golpea estómagos y debilita organismos en todo el mundo, pero el desperdicio de alimentos sigue siendo una constante.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el planeta produce alimentos suficientes para sustentar a todos sus habitantes; sin embargo, aproximadamente 800 millones de personas sufren hambre.
¿Qué es lo que ocurre? Los expertos lo atribuyen a la mala distribución de los recursos y, sobre todo, de los alimentos.
La mayoría de quienes padecen hambre viven en zonas rurales de países en desarrollo y basan su subsistencia en actividades agropecuarias y pesqueras, pero cerca de un tercio de su producción se pierde o se desperdicia por falta de medios de conservación.
Este fenómeno ocurre en todo el proceso, desde los lugares de producción hasta los de consumo. Y con ello, señala la FAO, se despilfarra también mano de obra, agua, energía, tierra y otros insumos.
Así, por ejemplo, mientras en ciertas épocas los productos agrícolas se dañan en la zona rural manabita por falta de vías de salida a los mercados o, a veces, por los bajos precios que se pagan, en las ciudades hay personas que sobreviven con muy poco.
 
Afectaciones. Un informe de las Naciones Unidas estima que, para nutrir a la población mundial que alcanzará los 8,6 mil millones de personas en el año 2030 y 9,8 mil millones de personas en el 2050, se necesitará producir más alimentos en los próximos 40 años que en los últimos 10.000 años. 
Así de crónica se muestra la realidad de un fenómeno que afecta no solamente a la seguridad alimentaria sino que también repercute en la situación económica y social de productores y los consumidores.
Un comunicado enviado por la consultora de relaciones públicas Axis indica que el sistema alimentario mundial se ve afectado por el cambio climático, la inseguridad y la escasez de recursos; lo cual redunda en insuficiente resiliencia, falta de medios de vida para los productores, persistiendo el impacto combinado de la desnutrición y el sobrepeso, también conocido como la doble carga de la malnutrición.
 
Ecuador. La FAO señala que en Ecuador la realidad no es distinta. Existe un suministro disponible de alimentos para suplir la demanda de los habitantes; sin embargo, la cantidad que se pierde o se desperdicia bastaría para reducir el porcentaje de personas subalimentadas a la mitad.
Datos del Ministerio de Salud Pública señalan que Manabí es la cuarta provincia en casos de desnutrición aguda en este año. Por  categorías, encabeza la lista de casos de desnutrición aguda severa, con 74.
Si bien se indica que la falta de alimentos no es el único factor que influye en la desnutrición, pero sí se lo cataloga como uno de los más importantes.
“La desnutrición infantil es el resultado de la ingesta insuficiente de alimentos (en cantidad y calidad), la falta de una atención adecuada y la aparición de enfermedades infecciosas. Detrás de estas causas inmediatas hay otras subyacentes, como son la falta de acceso a los alimentos, la falta de atención sanitaria, la utilización de sistemas de agua y saneamiento insalubres, y las prácticas deficientes de cuidado y alimentación”, indica el Ministerio de Salud en un documento sobre este problema.
 
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