El abogado Jairo Briones manifestó que la mayoría de sus defendidos debió vender bienes o empeñar joyas para conseguir el dinero que necesitaban para ingresar al “emprendimiento”, como lo llamaban los estafadores. 

Para ser parte del “telar de los sueños” debían entregar 1.400 dólares que se convertirían en 11.200; de estos recibían 5.000, y el resto, 6.200, quedaba como base para la segunda vuelta. En esta vuelta la promesa era de 22.000, pero solo les entregarían 12.000, ya que los otros 10 mil quedaban como base para una tercera, que era la última y en la que el monto a entregar era 40.000 dólares, incluidos los 1.400 con que ingresaron.

Otra de las exigencias para formar parte de este grupo era llevar a dos personas, se detalla en la denuncia presentada en la Fiscalía. Pero todas las promesas que les hicieron nunca se cumplieron, y en cambio terminaron endeudados y supuestamente estafados. En la denuncia se indica que los organizadores de esta pirámide compraron carros nuevos y hasta casas. Los afectados quieren que les devuelvan su dinero. 

A Narcisa Mero una amiga le dijo que participara, pero ella no creyó que el dinero llegara tan fácil, así que desistió de la idea. 

Empezó a sacar cuentas y pudo ver que se trataba de una pirámide, aunque les vendían la idea de que era una cooperativa llamada el “telar de los sueños”.

 

REUNIONES. Antes de la formación de la red, los presuntos estafados mantuvieron varias reuniones con los organizadores.

En ellas se mostraron imágenes del “telar de los sueños”, que ahora están “rotos” para sus participantes.  

La Fiscalía y la Policía investigan este hecho.

La Policía advierte de que este tipo de pirámides funciona en un principio, pero una vez que se ha expandido lo suficiente resulta imposible seguir ingresando a nuevos participantes, entonces el esquema se rompe y los que están en la parte más baja son los que se quedan sin recibir nada ni recuperar su inversión.

En Manta en varias ocasiones se han denunciado casos de pirámides.