En Manabí, por ejemplo, el promedio del ENES,  que a partir de este año se unificó con la prueba Ser Bachiller para ingresar a las universidades, es de 638,3 y ocupa la tercera peor posición.

Solo superan a Manabí con más bajo promedio Esmeraldas y Los Ríos con 624,5 y 622,8 puntos respectivamente.

Con una realidad distinta aparece en la lista con el mejor promedio Pichincha, con 733,3 puntos, seguida por Tungurahua (721,3), Imbabura (718,6) y Carchi (716,3).

Según el análisis de estos datos, a mayor edad de los postulantes el promedio de calificación es más bajo. Los estudiantes menores de 18 años alcanzaron una media de 698 puntos, mientras que los que están entre los 18 y 22 años tuvieron un promedio más bajo con 671,7 y los mayores a 24 años tuvieron 642,7 puntos.

Gustavo Santana, magíster en gerencia educativa, considera que falta más apoyo de las instituciones fiscales para preparar a los estudiantes. Explicó que los departamentos de Orientación, Bienestar Estudiantil, Consejería Estudiantil o el Departamento Educativo de Consejería Estudiantil son los encargados de brindar orientación vocacional de los alumnos en las etapas  primaria y secundaria.

Comentó que la vocación de cada estudiante debe elegirse en primaria; y en la secundaria, cuando la orientación cambia a profesional, se debe continuar con la línea de la profesión que quiere cada estudiante. “Aquel estudiante que trabaja afianzando sus conocimientos y deseos desde pequeño va a ser un profesional intachable”, señaló.