Dijo que los dueños de las cabañas no son comerciantes formales, por lo que van a trabajar para formalizarlos. “Que sean conscientes de que no podemos formalizarlos a todos, sino a quienes hayan sido cumplidores, obedientes a las leyes y que no hayan cometido faltas, quienes hayan tenido los comercios día a día abiertos”, mencionó López.

Proceso. El departamento de Planificación y Urbanismo municipal está generando proyectos para conocer dónde serían reubicados, pero se tendrían considerados lugares dentro de la terminal.

López comentó que con esta reubicación buscan ofrecer mejores beneficios a los vendedores y que éstos brinden una mejor atención y servicio. Detalló que los expendedores se irían reubicando poco a poco y que las cabañas van a desaparecer.

Desde hace más de 20 años Jéssica Sánchez atiende un comedor en una de las cabañas y está de acuerdo con el cambio. “Con esto se dará un mejor aspecto al establecimiento”, comentó.

La mujer, que dice haber estado en su negocio desde que existe la terminal, cuenta que ha cumplido con todos los reglamentos del lugar.

Eulalia Figueroa prepara corviches en su cabaña desde hace 13 años y dice estar preocupada, pues indica que la tarifa de las cabañas es de 30 dólares y teme que se eleven los precios; sin embargo, cree que con esto mejorarán las condiciones de su trabajo.