Percepciones. “Tenemos un concepto equivocado de que los hombres solo piensan en sexo, o que por lo menos es su prioridad, y que las mujeres son mucho más románticas y detallistas que ellos”, menciona Villegas.

Con esto coincide Carlos Vásquez, psicólogo.

“No podemos determinar cómo piensa un hombre o cómo piensa una mujer, porque si bien existen prioridades casi generales según el sexo de la persona, cada uno es un mundo y la forma en la que vemos la vida, las relaciones, el sexo y hasta el trabajo depende de nuestro contexto. La forma en la que nos criaron se ve reflejada en nuestros gustos y en lo que no nos gusta también”, añade Vásquez. 

Lo más íntimo. Los deseos de cada persona en la intimidad también son variados y dependen de los mismos factores.

“Aunque no lo creamos, la forma en la que nos enseñaron a ver la vida nuestros padres, interviene mucho en cómo vemos el sexo. Para unos el acto íntimo se trata de disfrute y de algo que se puede llevar más a la ligera, y para otros representa algo con mucho peso en la vida”, menciona Villegas.

Testigo de eso han sido ‘Michelle’ y ‘David’ (nombres protegidos). Decidieron vivir juntos hace cuatro años y, aunque tuvieron tres años de noviazgo, no fue hasta que empezaron a convivir que se dieron cuenta de que sus deseos no eran los mismos.

“El tiempo me hizo darme cuenta de que ciertas cosas no eran malas. Yo vengo de una familia muy religiosa y siempre me enseñaron que en el sexo hay ciertas líneas que no se deben pasar, obvio no me lo hablaban directamente mis papás, pero se sustentaban en sus creencias para decirme que habían límites”, cuenta ‘Michelle’.

Ella y ‘David’ no tuvieron intimidad hasta el segundo año de relación de novios. “Para mí fue muy difícil decidir dar ese paso, pero hubo un momento en que decidí dejar el miedo. Por mi mente pasaban preguntas como ¿y si quedo embarazada? ¿Y si mis papás se enteran? ¿Y si él deja de quererme? Pero gracias a Dios nada de eso ocurrió”, explica.

Pese a ese primer paso dado, las veces que tenían intimidad no eran muy frecuentes.

“A ella le costaba mucho y yo supe comprenderla, pero creo que porque para mí lo más importante es que ella estuviera bien. Eso estaba por encima de mis deseos”, manifiesta ‘David’.

Un ejemplo. Según Villegas, el hecho de que una persona decida esperar los tiempos de la otra en una relación, demuestra que su prioridad es el bienestar de la pareja y no solo lo físico.

“Eso es una muestra de que no para todos los hombres el sexo es lo primordial. Además queda claro que todo problema o temor se puede superar en pareja y con amor”, agrega la profesional.

Con eso coincide Vásquez, quien argumenta que los casos pueden variar sin importar el género.