Tal ha sido la razón para que, por lo menos, le dediquemos un par de capítulos más. Y que, para tener sustentos oficiales sobre la RDP y sus dudas y bemoles, insinuamos a Bismark,  que convoque una rueda de prensa con la finalidad de que haga conocer a los ecuatorianos la real situación en que se encuentra este proyecto que ha costado hasta ahora: $ 1.530  melones.

La respuesta comprensible de Bismark: “No podemos dar declaraciones a la prensa hasta que regrese de Asia el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, que anda en busca de interesados en financiar este proyecto”.

O, como Plan B del Gobierno de Moreno: “Que una empresa china o sub coreana, ponga el billete y construya la RDP, para que luego, el Estado ecuatoriano contrate los servicios de refinación de nuestro petróleo a precios del mercado internacional”.

Mientras tanto, de fuentes oficiales, concretamente en boca del ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez, se conoce que la construcción y puesta en marcha de la RDP costaría solamente $ 8.000 millones, lo cual contrasta con los presupuestos y cálculos sobrevalorados realizados por el Gobierno de la “revolución revolucionaria inversa”: $ 15.000 millones, con la supuesta intermediación del tío de “míster Vidrio” al meritito estilo de Jodebrecht.

Paralelamente, vaya o no vaya la RDP, acojamos una buena idea expuesta por Jorge, Gran Jefe de la tribu de los pata saladas: “Es necesario abrir la vía de acceso que va desde la intersección de la carretera Montecristi-Guayaquil-Portoviejo hasta El Aromo (sector del quinquigüero actual) que no es usada por la comunidad por el control de seguridad riguroso. No vemos el objeto de mantener esa vía cerrada. No hay ningún trabajo en este proyecto. Está terminado hasta donde se contrató”. 

Por último, retomamos las sugerencias de nuestro “Plan B” criollo, con una que me parece muy interesante y práctica, de Urias Fuenzalida: “En el terreno en mención se deben instalar industrias que fabriquen o ensamblen equipos para las industrias procesadoras de pescado o mariscos, ensambladoras de vehículos de transporte de pasajeros o carga, elementos electrónicos, un cuartel para policías y uno para bomberos, una central para combustibles para los vehículos y para las industrias, además de una clínica para atención de los trabajadores”. (Continuará)