La cual fue dirigida durante tres días a profesores de la carrera de Acuacultura y a una decena de productores de camarón de Bahía de Caráquez.

Juan José Bernal, docente de la extensión, manifestó que la visión de la universidad es tener un impacto directo en la comunidad, por lo que se realizó una alianza estratégica con empresas que comercializan productos para camaroneras, quienes apoyaron la llegada de especialistas en el cuidado del agua para camaroneras. 

Esta misma capacitación se replicará en octubre también a los estudiantes en las carreras de Acuacultura.

Objetivo. Jorge Chávez, biólogo especialista en el Control de la Calidad de Agua, dijo que se han despejado mitos en torno a la actividad camaronera, buscando que se deje de ser artesanales y volverse tecnificados para ser más comercial.

Uno de esos mitos es la presunta presencia de amonio en las piscinas. Cosa incierta para Chávez, “ya que lo que sí se encuentra son gases amoniacales tóxicos, que no son reportados por los equipos con los que se cuenta”. 

“La mayoría de las patologías inician en la desatención del control del agua. Habiendo éste, se pueden garantizar un porcentaje del 99% del éxito de la producción”, concluyó Chávez. 

Ricardo Abad, del colegio de Biólogos de Manabí, dijo que se ha incentivado a una parte del sector acuícola a recibir nuevas tendencias.

“Las circunstancias para el camaronero han cambiado con el paso del tiempo, por lo que hay que ir a la par de esos cambios, generando nuevas técnicas para contrarrestar la aparición de nuevas enfermedades y complicaciones en la producción camaronera”, concluyó.