“Queda la mazorca liviana y pequeña”, se lamenta Zambrano, pues dice que ya no producen lo esperado. Él ha sembrado por medio de sistema de riego y afirma que se ha percatado que el virus se extiende cada año más en las plantaciones.

José Briones vive en este mismo sector y explica que el problema también se le presentó en sus sembríos de maíz en el último invierno. “Ya son como tres años que tengo pérdidas”, indica.

Lo detectan. Alma Mendoza, técnica agrónoma del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuaria (INIAP), explica que esta enfermedad viral se la conoce como “Necrosis Letal”,  la  misma que  fue detectada a finales del 2014 en las plantaciones de maíz ubicadas en el valle del río Portoviejo.

Indica que la sintomatología consiste en un amarillamiento fuerte en las hojas de las plantas más jóvenes, cuya enfermedad es transmitida por insectos chupadores. 

“Esta enfermedad lo que provocó fue la muerte anticipada de las plantas cuando la infección fue temprana, pero en plantas que llegó cuando estaba más desarrollada, lo que hizo fue que muchas mazorcas no se llenaran de granos”, detalla Mendoza.

La técnica asegura que el problema ya está reportado en el país en trabajos realizados con el Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE), con quienes detectaron que había una infección de dos virus.

Mendoza dice que es preocupante que la Necrosis Letal se extienda en los cultivos de maíz, pues puede dejar pérdidas en los cultivos mucho más de lo que dejó los gusanos cogolleros y ejército en el último invierno. 

“Es un insecto chiquito que no se los ve, en cambio el cogollero la gente lo ve. Es una enfermedad que los agricultores no la perciben”, indica. 

Gloria Cobeña, otra de las técnicas del INIAP, menciona que los agricultores no deben utilizar los plaguicidas de manera indiscriminada, pues lo primero que debe hacer es reconocer la plaga antes de fumigar.