La movilización solidaria ya se sintió hace casi dos semanas con el potente temblor de magnitud 8,2 que dejó 98 muertos entre los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco, pero ahora se ha dejado ver con mayor intensidad.

La colaboración se ha mostrado en la limpieza de escombros, ayuda para dirigir el tránsito para facilitar el desplazamiento de los equipos de emergencia y donaciones.

Escuelas. El símbolo más patente de esta labor lo constituye el apoyo a los rescatistas que se afanan por sacar de entre los escombros a una niña de 7 años que quedó sepultada por el colapso que sufrió el Colegio Enrique Rébsamen, de Ciudad de México.

Su trabajo ha sido respaldado desde el primer momento por voluntarios que les llevan víveres y agua hasta lo que queda del plantel, donde según la Secretaría de Educación Pública murieron al menos 21 niños y 4 adultos, aunque otras fuentes han elevado hasta 37 la cifra de víctimas mortales.

Al cierre de esta edición la niña no había sido rescatada.

El martes, mediante un video difundido, se evidencia que antes de que llegaran los rescatistas, varias personas que pasaban por el lugar e incluso padres de familia de la escuela, se organizaron para sacar escombro por escombro y poder salvar menores. 

Incluso, el dueño de un supermercado facilitó los carros de compras para poder trasladar el material que se retiraba.

Presidente. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, llamó ayer a la ciudadanía a mantener la calma ante la emergencia.

Destacó la atención médica que se presta a los afectados en un hospital provisional que se ha instalado, ya que el que funcionaba en Jojutla resultó dañado por el terremoto.

“Tengamos serenidad. Hoy lo importante es que muchos de ustedes se han puesto a salvo”, manifestó Peña Nieto durante su recorrido en el que explicó a los pobladores el plan de acción que seguirán las autoridades.

Lo primero es la “atención inmediata” a los afectados por el terremoto, para después pasar a un censo que determine los daños en las viviendas y, finalmente, para dar paso a la entrega de apoyos económicos, explicó.

Rescates. Mientras el gobierno evalúa los daños, un silencio espeso se impone cada vez que alguien escucha un sonido o cuando un perro experto en rescates hace un gesto, señal de que puede haber alguien sepultado.

Decenas de rescatistas siguen buscando supervivientes entre las estructuras colapsadas, además delegaciones de otros paíse se sumaron a las labores de rescate, entre ellos Ecuador.

Treinta bomberos especializados en tareas de rescate de la capital ecuatoriana viajarán a México para colaborar en la búsqueda de víctimas del terremoto.

El comandante del cuerpo de Bomberos, Eber Arroyo, al frente del contingente, dijo que llevarán equipos para ubicación, extracción de víctimas, así como para la estabilización de las estructuras, para lo que cuentan con sondas, sensores y Rayos X de estructura, entre otros.

Arroyo ofreció en una red social su disposición a ayudar, si bien no se ha informado de que México haya solicitado formalmente ayuda a Ecuador para participar en las labores de socorro, como tampoco de cuándo podría salir la misión.

Los rescatistas mexicanos, conocidos como “Los Topos”, participaron en las labores de rescate en el terremoto que sacudió la provincia de Manabí el 16 de abril del 2016, que dejó más de 670 muertos en todo el país.

Ellos recorrieron cantones afectados como Pedernales, Portoviejo y Sucre.

Al igual que Ecuador, países como Bolivia y Cuba han enviado materiales para la reconstrucción de las zonas afectadas y delegaciones de otros países han viajado hasta México.