Angela López tiene casa, pero no la puede habitar. El problema: un callejón. 

A ella y a su esposo, Héctor Rivera, el Ministerio de Vivienda les construyó una casa en diciembre del año pasado, pero cuando quisieron habitarla no pudieron ingresar. “El callejón por el que habíamos ingresado desde siempre ya no existía”, señaló.

Ángela dijo que sus vecinos  levantaron una cerca que ahora les impide el paso. “Ni siquiera hemos podido conectar el sistema de alcantarillado, porque no tenemos por dónde pasar las tuberías. Ahora alquilamos un cuartito para vivir”, expresó. 

Rosa Mero, hija de la dueña del terreno, a un lado de la casa de Ángela, manifestó que el predio siempre ha tenido las mismas medidas, y  señaló que son otros los vecinos que no respetan linderos. 

Hay medidas. En el municipio hay una ordenanza que establece medidas para los callejones. 

Aquellos donde hay hasta cuatro terrenos al fondo deben tener tres metros de ancho y dos y medio de alto. Y en los que solo hay un terreno deben tener un metro y medio de ancho. 

Esto, según Emilio Arce, comisario de Construcción, ha sido un problema desde el 16 de abril del año pasado. Luego del terremoto,  muchas familias tuvieron que reconstruir sus viviendas y ninguna quería ceder espacio para callejones. 

Eso generó al menos 20 denuncias; dos aún siguen en trámite. 

Una de esas, según el funcionario, es el caso de Ángela López. “Esto es más un problema familiar, porque allí nadie se pone de acuerdo ni quiere ceder terrenos. Ya el caso debe pasar a instancias judiciales y eso ya se lo comunicamos a las familias”, indicó.