Julio Villacreses Guillem, organizador del programa, señala que “Manabí es una de las provincias del Ecuador donde más se manifiesta la religiosidad popular con mayor diversidad, que se mantiene viva a pesar del acelerado proceso de enajenación al que nos vemos sometidos”. 

Dice que en Portoviejo se expresa a través de sus fiestas parroquiales, tradición que por varios siglos se mantiene en honor a la Virgen de la Merced, “con características que se han mantenido, como es el caso del tradicional Rosario de la Aurora, que se hace caminando en procesión por las calles de la ciudad con velas encendidas, cantos y banda de pueblo, los pobladores engalanan sus barrios con flores y altares durante 15 días previo al 24 de septiembre, concluyendo con una masiva procesión nocturna”, en la que participan miles de personas.

 

Antecedente. Además señala que “las fiestas parroquiales también tiene mucho de sincretismo, como es el caso de  Tosagua, que según la tradición oral y algunas crónicas de los españoles, manifiestan que en ese lugar de Manabí había un culto a la diosa Tosagua, quien les enseñó una vertiente de agua en época de sequía. Con la llegada de los españoles se cristianizó esa  tradición, señalando que esa diosa no era otra expresión más que la de la madre del único Dios y desde esa época se venera a la Virgen Auxiliadora”. 

Asimismo, dice que “la religiosidad popular en Manabí es muy rica y diversa, y debe ser fortalecida declarándose patrimonio cultural por parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio”. 

Esas celebraciones son únicas en Ecuador y deben estar en la agenda de los gobiernos locales como oferta de turismo cultural, entre ellas las festividades de San Pedro y San Pablo, los chigualos en Navidad.

Y agrega que la religiosidad popular “se acreciencia más en época de crisis, buscando refugio en una ‘madre divina’. Por este motivo se expresa con más fervor en la veneración a la Virgen, como es el caso de la Merced en Portoviejo”, concluye.