Actualizado hace: 935 días 15 horas 33 minutos
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Bahía de Caráquez es una de las varias ciudades que tienen como matrona a la Virgen María, en la advocación de la Merced.
Entre las conocidas se puede citar a Portoviejo, Manta, Quevedo, Machala, ciudades que por muchos años dedican el 24 de septiembre para homenajear a María, la Madre de Dios, convirtiendo esta fecha en fiesta local que aglutina no solamente a los feligreses católicos, sino que ese día es motivo para la realización de diversidad de actividades que dan coloridos y atracción a todas estas ciudades que destacan a más de sus fechas cívicas, esta dedicada a la Virgen de la Merced.
La principal y centenaria iglesia parroquial de Bahía de Caráquez, lleva también el nombre de la Merced, sumándose así este homenaje a María La Madre de Dios.
Según datos recopilados en fuentes fidedignas, esta imagen de la Virgen María reposa en Bahía de Caráquez desde 1910 que la trajeron de España y a través del tiempo ha servido para que la ciudadanía en general le pida diversidad de favores. Unos familiares y otros públicos. La creencia ha ido en aumento y durante el tradicional novenario, son los barrios y gran cantidad de entidades que se suman a estos festejos que ya pasan los límites del catolicismo.
El 24 de septiembre ha pasado a ser una festividad de todos y como tal es un día de descanso obligatorio en Bahía de Caráquez y en las demás ciudades en que la Virgen de la Merced es la Matrona local y a la que se le dedica el cariño popular y los pedidos generales por el bien y el favor personal, familiar y de la ciudadanía toda.
Basados en estos antecedentes y con los resultados negativos y catastróficos del movimiento sísmico 16A, es que se hace necesario que los bahieños acudamos ahora a la Virgen de la Merced en procura de su auxilio y de su ayuda en pos de conseguir una real y efectiva reconstrucción.
Después de pocos días estarían por cumplirse año y medio de ese 16A y es poco lo que se ha hecho por esa necesaria reconstrucción de Bahía de Caráquez, ciudad que presenta a la opinión publica la imagen deteriorada y casi abandonada por las entidades llamadas a programar y ejecutar esa tan necesaria e indispensable reconstrucción. Desde la conformación de la tal Junta de Reconstrucción hicimos llegar nuestra oposición tendiente a tener un organismo propio, técnico y con autonomía suficiente, capaz de hacer la reposición de lo que las ciudades afectadas eran antes de ese 16A.
Es por todo esto, que ante el fracaso generado, acudamos todos a invocar la ayuda de la Virgen de la Merced, ya que solo un milagro de ella haría posible la real y pronta reconstrucción de Bahía de Caráquez.
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