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Tema del Día
Hay preocupación por el estadio Reales Tamarindos

“Hay ocasiones en los estadios en que la gente muere más por la embestida y desesperación de los asistentes que por un evento mismo”.

Lunes 18 Septiembre 2017 | 04:00

Con esa sentencia, advierte Roque Mendoza, experto en seguridad de gestión de riesgo y ex coordinador de la Defensa Civil de Manabí, lo que puede ocurrir en el estadio Reales Tamarindos si se genera un siniestro.

Mendoza lo dice en referencia a lo que ya ocurrió la noche del 16 de abril del 2016, cuando estaban por jugar Liga de Portoviejo y Colon. Pocos minutos antes de iniciar el partido, sucedió un sismo de 7,8 grados Richter y de los aficionados quedaron a oscuras, desesperados, y cuando buscaban huir desordenadamente cayeron, otros fueron atropellados. 
Por suerte, indica, aún no habían tantas personas y no se registró una desgracia mayor, pero hay que pensar que pudo ser diferente. 
Se debe tener presente que estamos en una zona sísmica y que este es el escenario deportivo más importante de la provincia y el que más ciudadanos congrega normalmente, dice.
Califica al estadio como “poco seguro”, pues ni siquiera tiene señalética para indicar por dónde evacuar en una emergencia.
A eso se suma que la iluminación es deficiente, tanto que afecta las transmisiones de fútbol en la noche. Las luminarias se suelen apagar durante los partidos y el lugar no tiene un generador eléctrico que evite dejar en tinieblas a miles de personas que pueden llegar al escenario deportivo.
Mendoza considera que las autoridades deberían preocuparse de esto, “no tomar el riesgo a la ligera” sino que deben unirse para evitar una tragedia. “Si la misma llega, quienes hoy tienen el poder de resolver estos temas, serán los responsables por su falta de acción”, dice.
Unión. Roberto Rodríguez, expresidente de Liga de Portoviejo y exlegislador, considera que la primera entidad que debe preocuparse por el tema es el municipio, pues  es el escenario más concurrido e importante del cantón; luego, dice, vienen la Federación Deportiva de Manabí, que es su propietario. El alcalde Agustín Casanova debe priorizar el tema, porque hablamos de un lugar que concentra masas y por lo tanto de muchas vidas humanas en potencial riesgo en caso de un nuevo evento sísmico, indica.
Cree que luego del terremoto lo primero que debieron hacer es un examen técnico estructural para saber en qué condiciones quedó el estadio y luego de eso tomar las decisiones de seguridad.
Detalles. También se lamenta que el estadio no tenga cosas básicas como un marcador electrónico, una sonorización (amplificación) decente, butacas numeradas y más elementos pro seguridad.
“La solución también depende  de la habilidad de los funcionarios de turno y de la decisión política”, expresa. Recuerda que en el año 1993 Portoviejo logró remodelar totalmente el estadio y ser sede de la Copa América.
Indica que el entonces presidente de la República, Sixto Durán Ballén, era un querendón de Manabí y ayudó, pero no dejó de reconocer la valía del gobernador de ese tiempo, César Fernández, el diputado manabita Manuel Félix y la ciudadanía que se unió con la prensa. 
Patricia Briones, exalcaldesa, también está preocupada por la situación del estadio.Ahora preside un comité pro mejoras de este escenario. El grupo del que forma parte considera que parte de los fondos de la reconstrucción de Manabí se deben dirigir al escenario, por un tema de seguridad y prevención. 
Junto a un grupo de autoridades y ciudadanos presentaron un proyecto para mejorar la iluminación del escenario con un costo referencial de 360.000 dólares. Ese proyecto fue entregado al Comité de Reconstrucción, también al Ministerio del Deporte y a la Federación Ecuatoriana de Fútbol. 
FDM. Francis Giler, presidente de la Federación Deportiva de Manabí (FDM),  dice que, efectivamente, el Comité de la Reconstrucción acogió el proyecto que impulsa la FDM y ha pedido que se hagan unos ajustes de forma para aprobarlo. Calcula que este viernes esos cambios estén listos para reenviar el documento a la entidad.
Explica que ese proyecto contempla mejoras en la iluminación de las torres y, además, generadores que permitan dotar de energía al estadio aunque se corte el fluido eléctrico regular. Sobre las otras necesidades aún no hay avances.
Carlos Vera, asambleísta nacional, señala que están conscientes que eso no es suficiente para el Reales Tamarindos, pero indica que deben empezar por algo y cree que el tema de la iluminación es el primer paso. Luego, dice, vendrán otras mejoras por el audio, marcador electrónico y más. Para eso Vera cree que hay que impulsar una alianza público-privada, como sucede en estadios como los de Barcelona, Emelec y Liga de Quito.
A lo mejor, como no se cayó ninguna tribuna, las autoridades no alcanzan a ver lo clave y urgente de prevenir una desgracia, dice Héctor Farfán,  secretario del Frente Cívico de Portoviejo por Manabí, quien pide que se impulsen mejoras para un escenario que no sólo es un ícono deportivo de Manabí, sino también un centro generador de cientos de micronegocios y actividades que transcurren alrededor del fútbol.
Tras 17 meses del terremoto, el lugar de mayor concentración humana de Manabí espera por ser priorizado y atendido en temas claves. 
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