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Música
Entre la memoria y la actualidad

Paredes es representante de la cultura asentada en el Valle del Chota, provincia de Imbabura.

Viernes 15 Septiembre 2017 | 04:00

En dialecto lucumi, proveniente de la lengua yoruba, bomba significa “liberación del espíritu”, y el principal instrumento que le da vida a este ritmo es un pequeño tambor, también denominado “bomba”. 
“Este pequeño tambor viene directamente del Congo, y con la llegada de los africanos a nuestro continente se dio la fusión de instrumentos, y muchos de estos se quedaron en Ecuador”, explica Paredes.
Ritmos. Los ritmos africanos son siempre rituales. Los esclavos se sentían libres a través de la ejecución musical y del movimiento de sus cuerpos.
“Para sacar todo el dolor que tenían dentro, para protestar por su condición y realidad, y para liberarse del estrés de cumplir trabajos forzosos, los africanos danzaban en las tierras del nuevo continente”, reseña el escritor. 
En este contexto, Paredes explica que la bomba refleja la rebeldía del pueblo del Chota, las tradiciones de su agricultura, las luchas por tener un pedazo de tierra y dejar atrás la marca de ser el peón de una hacienda. También era parte del cortejo de los enamorados. 
“Se entona bomba en honor a todos los que somos serranos”, expresa este escritor. 
Movimientos. Paredes señala que los pasos de danza que se ejecutan en Ecuador son muy diferentes a los que se bailan en el Congo, esto se debe al sentido que tienen. “En el África eran libres, acá eran esclavos y esto fue algo determinante para marcar la diferencia en el estilo de movimientos”, explica. 
Allá los movimientos son más abiertos, con saltos en el aire y se alzan los pies. En Ecuador se ejecutan pasos cortos hacia adelante y atrás que, según dice Paredes, son el resultado de tener las cadenas puestas en los pies, “no se podrían abrir mucho las piernas”. 
Además, un aspecto fundamental es mantener los pies descalzos y las plantas pegadas al suelo. “Es un homenaje a la tierra, es agradecerle por lo que nos da”, resalta asimismo Paredes. 
En la ejecución de la bomba como un ritual de enamoramiento, las mujeres mueven sus caderas de forma sensual y el hombre desarrolla un juego como el toreo. El golpe de la cadera es parte de este ritual, “se prueba la fuerza del hombre para no caer”, explica Paredes. 
La botella en la cabeza es otro elemento. “La mujer baila de una forma muy elegante, se para por un momento, baja la botella, comparte la bebida y luego vuelve a ponerla en la cabeza”, detalla.
Vida al ritmo. Los instrumentos que se ejecutan para dar vida al ritmo de la bomba son la guitarra, el requinto, la bomba; el güiro, elaborado con madera del árbol de mate, y la calanguana, construida con la mandíbula del caballo y la hoja de capulí. 
Y una parte fundamental de la bomba tradicional es el coro de las mujeres, quienes hacen la segunda, tercera y cuarta voz. 
El vestido que utilizan las mujeres para bailar bomba era el mismo que vestían a diario, es decir, vestidos largos que cubrían hasta el tobillo. “No había más, esta era la forma como bailaban”, acota Paredes.
En un afán de destacar este ritmo y darlo a conocer a las nuevas generaciones y fuera del Valle del Chota, se destacan varios grupos musicales y de danza que han traído a la contemporaneidad la bomba y la han acoplado con composiciones e instrumentos diferentes con arreglos musicales nuevos. 
Está el caso del grupo cuencano de danza Kaypimikanchik, dirigido por Bryan Jara, que dentro de su repertorio de presentaciones contempla a la bomba.
Jara explica que para realizar sus danzas lleva a cabo una investigación previa sobre lo que ejecutarán. 
“Esto alimenta nuestras presentaciones de veracidad y tratamos de acercarnos lo que más podamos a lo que es la tradición; sin embargo, muchos aspectos van acoplados a mi creatividad como director y a mi experiencia profesional”, comentó.
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