La necesidad de mantener viva la memoria oral de los antiguos moradores de Jama fue uno de los principales motivos para escribir el libro, así lo indica Mendoza, quien es comunicador social y fue docente en un colegio de la localidad.

En el Centro de Interpretación de la Cultura Ancestral (Cican) que creó Mendoza se pueden apreciar adaptaciones artísticas de los sellos de la cultura Jama-Coaque, unos se encuentran tallados en madera y otros sobre lienzos, pero los más llamativos son los que han sido recogidos cerca de los ríos, que en la época precolombina habrían sido tallados por los ceramistas que tuvo la cultura.

Para elaborar el contenido del libro, Mendoza asegura que entrevistó a cerca de 500 personas durante más de diez años que duró su investigación.

“Sentí la necesidad de entregar algo a mi tierra para que su cultura no se pierda”, dijo el comunicador, quien dio importancia a la transmisión oral porque estos conocimientos que han pasado de generación en generación han permitido forjar una cultura local propia.

El texto recoge costumbres, tradiciones, historia y leyendas que se han desarrollado en el cantón y algunas comunas. Para sustentar sus testimonios recopiló fotografías antiguas de los entrevistados y de los lugares que visitó.

Parte del libro contiene la investigación que ha realizado con los sellos de la cultura Jama-Coaque, que han sido encontrados por moradores. Algunas piezas las tiene en su poder, mientras que a otras logró captar sus impresiones en papel para analizarlas.

La principal conclusión a la que llegó Mendoza, sobre los sellos, fue que la figura del mono es muy repetitiva y que este animal, que aún se puede encontrar en los bosques de Jama, tuvo una vital importancia para esta cultura precolombina.

“Se podría indicar que este animal era quien avizoraba los peligros que se podían presentar, como la presencia de animales salvajes y hasta fenómenos naturales”, sostuvo el investigador.

Mendoza colocó, además, un hito de madera tallada en la intersección de las calles Jama y José Luis Quilchana, para dejar un símbolo que recuerde la importancia de la cultura Jama-Coaque para la identidad del cantón.

Cultura. Los integrantes de la cultura Jama-Coaque habitaron entre los años 500 a.C. y 1531 d.C. las zonas comprendidas entre el cabo de San Francisco, en Esmeraldas, hasta el norte de Manabí. Se desarrolló en una zona de colinas boscosas y extensas playas.

Actualidad. El cantón Jama es uno de los más turísticos de Manabí. 

Allí, además del atractivo de sus playas, llama la atención su variada gastronomía, como también se han encontrado vestigios arqueológicos.