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Pastaza
La artesanía en el corazón de la selva

Sus manos se mueven con agilidad. Corta, cuece y selecciona las semillas que utilizará para las artesanías.

Miércoles 23 Agosto 2017 | 04:00

Son decenas las que elaboran para luego salir  a dejarlas a la tienda de la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía ecuatoriana.

Nemonte Nihua habita en el corazón de la selva, en la comunidad Kiwaro, donde se llega después de un trayecto de dos días en lancha desde Puyo. “Desde niñas aprendemos a elaborar las artesanías”, dice. 
Esta actividad la practican todas las mujeres de las diferentes nacionalidades y pueblos indígenas de la Amazonía y la serranía. En la Amazonía lo hacen con las semillas que ellas mismas cultivan en sus huertos o las consiguen en lo profundo de la selva.
Experiencia. “Los saberes ancestrales en la elaboración de las artesanías con semillas se han transmitido a través de las generaciones a los kichwas, shuaras, waoranis, cofanes, achuars, secoyas, záparas, shiwiars y otros pueblos”, menciona el historiador de Puyo Edwin Aguirre.
Marina Aguinda, del pueblo Cofán, asegura que antes lo hacían de manera rudimentaria, pero con el paso del tiempo las han capacitado para mejorar las técnicas.
Raquel Kaikiat, nativa shuar, indica que para abastecerse de las semillas debe cultivarlas. Tiene los dedos lastimados por los múltiples pinchazos a la hora de utilizar la aguja y hacerles hueco a las pequeñas semillas. “Muchas son duras y se las debe cocinar un poco para ablandarlas”, señala Kaikiat.
Marina Aguinga es kichwa y asegura que antes de la colonización había suficiente semilla para recolectar en la selva. “Los colonos talaron árboles para construir sus viviendas o para vender, y eso hizo que se perdieran las semillas. Queremos recuperar nuestros bosques, en especial esas plantas que nos proveen la materia prima. Hay unas que se cosechan siempre, pero otras tardan hasta 30 años”, sostiene Aguinga.
Las más utilizadas son las pepas de San Pedro, que se cosechan cada tres meses; la achira, cuya cosecha es permanente; el chocho rojo se da cada 30 años; el siantetacho se cosecha dos veces al año; el copal, cada dos años al igual que el canutillo. De la chambira se puede obtener la hoja cada cinco años.
En la comunidad Waorani las mujeres se capacitan de manera permanente para elaborar nuevos diseños. Guaikamo Tañi, lideresa, sostiene que las mujeres se encargan de los quehaceres del hogar y las chacras; en la actualidad incursionan en microempresas.
Menciona que en la comunidad Waorani las mujeres se han organizado y elaboran diferentes objetos para después entregarlos en la tienda comunitaria que está en el centro de Puyo. La destreza con la chambira (especie de piola que obtienen de la palma) les permite elaborar carteras, pulseras, collares, hamacas y diversidad de accesorios.
Las mujeres waoranis de 34 comunidades han aprendido a perfeccionar la actividad. “Es una tradición de las mujeres amazónicas, es parte de nuestra cultura”, resalta.
 
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