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En peligro el sombrero de paja toquilla

Domingo 20 Agosto 2017 | 03:00

 ¿Quién no ha oído hablar del sombrero de paja toquilla? El mundo entero sabe de la fina prenda de vestir que ha sido usada por personalidades mundiales de la política, la literatura y el espectáculo como Ernest Hemingway, Winston Churchill, Harry Truman, Humphrey Bogart y aún ahora es usado por gran cantidad de personas tanto en Ecuador como en el mundo ente

Tiene su humilde origen en las costas de Manabí, los cronistas españoles venidos en la conquista ya escribirían del uso de tocados de fibras vegetales que usaban los nativos para cubrirse del inclemente sol ecuatorial. Se sabe por estudios actuales que se remonta su uso al Período Formativo (3.500 a.C–500 a.C) principalmente por las culturas Valdivia y Chorrera quienes ocupaban lo que actualmente son las provincias del Guayas y mayormente Manabí.
Su confección siempre fue tradicional en Manabí hasta que en el año de 1835 su enseñanza se extendió a Cuenca, provincia del Azuay, por una fuerte crisis económica derivada por factores como sequías para así palear la necesidad económica de los habitantes de las zonas rurales del Austro.
 El confeccionar sombreros de este material es una ocupación netamente campesina por eso nos trae el análisis y preocupación por el futuro cercano de este producto bandera de nuestro país.
En la parroquia Pile del cantón Montecristi, provincia de Manabí, se produce de manera natural la planta de la paja toquilla (Carludovica Palmata), las condiciones de suelos y clima permiten que esta planta se desarrolle dando alta calidad en sus fibras a usar en la elaboración de artesanías y del mismo sombrero. Encontré en este sector a comuneros productores de esta planta, quienes manejan de entre 1 a 5 hectáreas y por los bajos costos pagados por la fibra ya solo quedan 6 personas dedicadas a este cultivo. Por ende cada vez se encuentra menos materia prima a pesar de ser de alta calidad.
Doña Celia López García, representante del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador, me explicaba como reconocer la finura de un sombrero contando los nudos o puntos de paja por pulgada cuadrada del tejido, que van de desde 17 hasta 64 puntos y dependiendo de esto el tiempo de elaboración que va desde mínimo 2 meses.
Amalgamando todas las aristas de esta actividad, bajo costo y escasa materia prima, bajos precios pagados al tejedor de sombreros por su arduo trabajo, migración de los jóvenes de las zonas rurales a las ciudades nos hacen pensar que el sombrero de paja toquilla está en vías de desaparecer.
Considero se debe articular una alianza estratégica entre Instituciones como ministerio de Ambiente, ministerio de Agricultura, asociación de Tejedores de Paja Toquilla, ministerio de Comercio Exterior, embajadas del Ecuador en los diferentes países. Alianza que permita aumentar el hectareaje de siembra de la planta, pagar mejor precio al productor de la fibra, haya suficiente materia prima para aumentar el volumen de confección del sombrero; y lo más importante, se traslade la ganancia en buen porcentaje al tejedor para así incentivar a las comunidades a seguir esta hermosa tradición. Es tarea de todo ecuatoriano bregar por que se mantenga esta actividad, es más, todo ecuatoriano hombre o mujer debe usar un sombrero fino de paja toquilla.
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