Ante los hechos acaecidos en las últimas dos semanas en nuestro país querido, muchos ciudadanos analizamos lo expresado por el Dr. José Alvear, que con sobrada razón expresa que en los diez años anteriores se forjó un régimen autoritario, cuyos lineamientos y aplicaciones significaron un perjuicio permanente para todo el pueblo ecuatoriano.
Así en la pérdida de la autonomía universitaria, que hay que exigir se vuelva a aplicar y respetar, y a renglón seguido, desde la actual y más alta representación del poder público, que es la presidencia del país, al conocer informes sobre los contratos que se firmaron para la repotenciación de la refinería petrolera de Esmeraldas, el primer mandatario expresa que originalmente esos trabajos se calcularon, según informes, entre 500 y 600 millones de dólares, pero que al final el costo real de lo mismo terminó en 2.200 millones.
Y lo peor, que esta obra tan importante para el país tiene muy graves afectaciones técnicas en diversas áreas, requiriendo urgentes reparaciones que demandan paralizar su funcionamiento con pérdidas equivalentes a un millón de dólares por día sin funcionar.
¡Vaya problema que debe enfrentar el actual régimen presidido por el Dr. Lenín Moreno!, que con legítimo derecho exige, que sin que a nadie le tiemble la mano, las actuales autoridades de control: Contraloría y Fiscalía, en fiel cumplimiento de sus obligaciones, señalen a todos quienes, luego de los exámenes que las leyes determinan, defendiendo los legítimos intereses del pueblo ecuatoriano, identificándose a todos quienes resulten culpables de hechos perjudiciales que terminan afectando a toda la nación.
Ante momentos como los indicados, la gran mayoría de ecuatorianos, que diariamente tenemos que bregar con una serie de esfuerzos para el sustento de los suyos, muchos sorteando el desempleo o empleos precarios con la legítima aspiración de obtener una existencia más llevadera para sus hogares, facilidades en la educación de sus hijos, buena atención en salud o la obtención de la casita propia, debemos mantenernos unidos y apoyar la gestión del presidente de la República de combatir todo signo de corrupción, a fin de que, con transparencia, su gobierno logre obtener recursos económicos para sus planes de llegar con un mejor vivir para los menos favorecidos de la Patria.
Esta es la mejor consigna que tiene que identificar a todos quienes, de una u otra manera, creemos en días mejores para la patria y los millones de conciudadanos, mujeres, varones y sobre todo sus niños. Los miles de jóvenes que conforman el mayor grupo de futuros ciudadanos tienen que tomar conciencia de que lo que se forje como bienestar, con pulcritud y buena administración, es la base fundamental para que la justicia social quede anclada en el porvenir de la República.
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