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El 6 de febrero de 1997 se inició el gobierno interino de Fabián Alarcón Rivera, conocido por sus amigos como Fabiolo. De presidente del Congreso Nacional, por determinación de los diputados previa moción votada, pasa a Presidente Interino – cargo inexistente. Era obvio su afán de poder. Se trató de un golpe de estado contra Abdalá Bucaram Ortiz de común acuerdo con los dirigentes de los partidos políticos de la época como ID, DP, PSC, FRA, entre otros de cuyas filas salieron las personas que integrarían su buen gabinete. Pese a tal imposición sus ministros fueron de primera y salvo un caso de corrupción, los demás cumplieron esforzadamente con su trabajo, así lo vimos y la historia no recoge ninguna otra información.
En el más de un año que estuvo en el poder, no tomó decisiones en lo económico. En su gobierno trepó la inflación, bajó el precio del petróleo, pocas inversiones privadas al igual que en los anteriores gobiernos y el fenómeno de El Niño, estos propiciaron la caída de la producción y el aumento de la morosidad en los bancos, afectando al sistema financiero nacional, tema que en el gobierno anterior se lo había abordado con preocupación y se resolvió en el siguiente.
Alarcón en lo político fue concluyente. En mayo de 1997 realizó una consulta para ratificar las decisiones del Congreso y la convocatoria a Asamblea Constituyente donde se conoció el estado de los bancos, la creación de la AGD y la presidencia del congreso para un miembro del partido más votado. Mahuad subió con elección cuestionada bajo el tutelaje de dos fuerzas políticas y terminó estrepitosamente.
Lenín Moreno es un hábil motivador. Unifica a la mayoría ciudadana en torno a su compromiso de libertad y lucha contra la corrupción, en lo económico nada. Llega a la presidencia por su movimiento AP. Después de encierro, casi en señal de protesta, durante la asamblea de nominación donde pudo haberse excusado de participar, aparece a los tres días sonreído diciendo “la asamblea decidió y yo acepté”. Demostró aspiración por llegar.
En campaña defendió los ataques contra su antecesor. Se trató el tema Odebretch, Panamá Papers, China, señalamientos a su binomio, a otros, defendió el endeudamiento como forma de paliar la crisis. Durante la contienda se mencionó todo. Con seguridad, de algunos no estaba tan bien empapado. Glas era su lancero de ataque.
¿El símil con Alarcón? La opción es que para avanzar tendría que paítar, implica caer en manos de la oposición anti correista no morenista. ¿Y sus electores? El toma y daca en acción. Para superar no le queda otra que cruzar la muerte. Sus propios legisladores y vice. ¿Se atreverá?
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