Según las autoridades, la mataron con crueldad. “La joven madre fue asesinada en un ritual satánico”, señalan fuentes judiciales. El brutal homicidio alarmó a los 20.000 habitantes de la localidad neuquina. Setenta y dos horas después del hallazgo del cuerpo, que había sido incinerado, fueron detenidos el exnovio de la víctima y dos amigos, todos probablemente relacionados con el tráfico de drogas y con las prácticas del satanismo. Los acusados se habían tatuado mujeres ardiendo. En el lugar donde fueron capturados había velas negras, rojas y blancas, música satánica, una muñeca de papel de la misma estatura de Fernanda y una peluca de color caoba, el mismo color de pelo de la víctima.