Las fuertes lluvias han dejado, hasta el momento, 260 muertos, 600 heridos, 3.000 personas sin vivienda y un país sumido en el caos.
Aunque en un primer momento la Cruz Roja informó de que habían fallecido más de 300 personas, ayer rebajó esta cifra a 260, pero se teme que aumente oficialmente en las próximas horas.
Con la primera luz del día, los equipos de rescate reanudaron las labores de búsqueda de más de 600 personas que continúan desaparecidas tras tres días de fuertes lluvias, que han ocasionado inundaciones y desprendimientos de tierra en varias áreas del entorno de la capital, Freetown.
Las diferentes ONG y entidades que trabajan sobre el terreno coinciden en declarar la zona como catastrófica, con cientos de cadáveres apilados esperando ser identificados.
Energía. Las líneas de comunicación y la electricidad han quedado interrumpidas en muchos puntos, y el área más afectada es una zona cercana a la capital donde se habían construido numerosas viviendas ilegales.
Muchas instituciones temen que los pozos de agua hayan quedado infectados y que pueda surgir un brote de cólera.
Por ello, varias agencias de Naciones Unidas han centrado sus esfuerzos en suministrar fuentes de agua y protección a los niños.