Manabí y Esmeraldas, porque estas fueron las provincias más afectadas, a pesar de que este sismo de 7,8 se sintió y averió otros lugares del país, pero, en menor proporción.

Como este movimiento telúrico tuvo su epicentro frente a las costas del norte de Manabí, fue esta provincia la más afectada, con daños muy fuertes en ciudades como Pedernales, Jama, Canoa, Bahía de Caráquez, Portoviejo, Manta, Montecristi, Rocafuerte, Chone, Calceta y otras que tuvieron afectaciones un tanto menores, pero, que en todo caso dejaron huellas de lo que sucedió con ese fenómeno de la naturaleza que terminó con la vida de centenas de personas y que ha tenido más de tres mil réplicas, siendo este sismo uno de los que ha causado los mayores perjuicios en Manabí y Esmeraldas.

Es por todo esto que se creó este Comité de Reconstrucción, el que no ha cumplido con todas nuestras aspiraciones, ya que se comenzó con crasos errores al conformárselo con mayoría gubernamental, sin autonomía económica y como una herramienta electoralista, al estarse a poco tiempo del proceso de reemplazo presidencial y asambleísta.

No se hizo caso de los  pedidos institucionales y ciudadanos a través de la prensa hablada y escrita. Fueron en vano todas esas reclamaciones, ya que lo que se quería era que el llamado correísmo sacara el necesario provecho en diversos órdenes.

Y así ha seguido actuando este comité durante más de un año, hasta ahora en que el Presidente Moreno le quitó la dirección al vicepresidente Glas, entregándosela provisionalmente a otro funcionario del ejecutivo.

Los resultados de la acción de este comité, incluyendo la inversión económica, no han sido claros, ni con la eficiencia esperada, por lo que se insiste en que la Asamblea Nacional debe retomar el tema y aprobar las convenientes reformas, por medio de las cuales se le dé la necesaria autonomía que haga posible un mejor accionar a este organismo llamado a hacer lo que en tantos meses transcurridos ya debió haberse hecho por la real y necesaria reconstrucción.

Manos a la obra asambleístas manabitas. Ya no sigan siendo los llamados “alza manos”. Trabajen por la unidad provincial y por la urgente reconstrucción, con un organismo propio y autónomo.