En zonas rurales de Jipijapa y Paján los caficultores reportan que incluso han obtenido en los últimos años hasta 4 sacos por hectárea, cifra muy lejana a los más de 10 sacos de países como Colombia o 20 sacos por hectárea de Brasil.
El descenso de la producción nacional no sólo está relacionado con los bajos niveles de producción por hectárea. Entre los factores que afectaron a la calidad y rentabilidad del café podemos citar a los fenómenos naturales como El Niño, que destruyeron cultivos; la propagación de la roya y la broca, plagas que bajaron la rentabilidad de cada planta; el envejecimiento de las plantaciones; la falta de tecnificación; la presencia de cultivos en minifundio o pequeñas propiedades, así como la baja asociatividad.
El Proyecto de Reactivación de Café y Cacao Nacional Fino de Aroma, que ejecuta el Estado por medio del Ministerio de Agricultura, es, bajo ese escenario, una iniciativa importante. La idea original consiste en renovar las plantaciones de 135.000 hectáreas hasta el 2021 para aumentar la productividad.
La iniciativa merece seguimiento y una evaluación seria y profunda para ver la calidad de los resultados que se van obteniendo, así como posibles correctivos y más apoyo. Otras iniciativas se pueden sumar dentro de la minga agropecuaria que plantea el Gobierno nacional.