Las esperanzas del pueblo ecuatoriano es que se multipliquen las citas para dialogar, concretándose los encuentros entre los diferentes grupos políticos, los de capacidad empresarial y fuerza laboral, con miras a que se abra más el mundo de oportunidades, de logros positivos y de conquistas sociales, con efectos que redunden en el bienestar de todos

Encontrarse con esta nueva administración con ánimo y optimismo, aunque no con conformismo, en conversaciones que impulsarían a desechar aquellas acciones negativas que conllevan a la división, para debilitar el aislamiento surgido de las severas discrepancias que imponen barreras al entendimiento.

Pero esto no sólo es papel preponderante de los líderes del gobierno actual, ni de los partidos políticos en el poder, sino también de aquellos que destacan como dirigentes en la llamada oposición, pues la búsqueda del entendimiento, igualmente forma parte de sus obligaciones.

Hay que estar conscientes que la integración ecuatoriana es la estabilidad definitiva del hogar nacional, con solidaridad que nos fijará al progreso de un futuro concertado con la hermandad.