El piloto del avión intentó por dos ocasiones aterrizar en la capital azuaya, pero la poca visibilidad se lo impidió, optando finalmente por retornar a Quito, donde se les ofreció a los ocupantes pasajes en otro avión.
Hubo una reacción negativa de un grupo, que prácticamente se tomó el transporte y exigió ser trasladado en el mismo aparato a su lugar de destino.
Esta actitud fue considerada como riesgo contra la seguridad de ellos mismos, así como irrespeto a las regulaciones de la administración aeronáutica en el país.
Pero lo que más destaca en este incidente es que quienes son señalados como motivadores de este símil de rebelión de pasajeros son dos altas figuras políticas e institucionales del país, quienes habrían influenciado para que el avión los traslade a Cuenca.
Como consecuencia directa, el director de la empresa TAME fue removido del cargo, aunque posteriormente se comentó que el directorio lo ratificó en su función.Estos hechos insólitos deber ser investigados profundamente, en especial por la supuesta injerencia de dos personajes nacionales, cuyas obligaciones son hacer prevalecer los intereses del Estado y la obediencia a las leyes y procedimientos establecidos.