Por el otro lado, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) revela, tres meses luego del 16A, que se perdieron unos cuatro mil empleos formales; y que luego de 15 meses la economía recuperó esos cuatro mil empleos e incrementó mil más; es decir, que se podría hablar de que se generaron cinco mil empleos en total.
¿Es congruente que se creen 25.000 empresas que sólo generen 5.000 empleos? ¿Es lógico que se requiera cinco empresas para crear un puesto de trabajo formal?
¿Quién fiscaliza estas cifras? ¿Han pedido una explicación los asambleístas manabitas en las tres ocasiones que el Comité de Reconstrucción ha presentado cuentas hasta ahora a la Asamblea?
En términos generales, las medidas tomadas post 16A fueron en su mayoría acertadas y se constituyeron en la base para la recuperación económica de Manabí hasta la fecha. Claro, con sus puntos altos y bajos, que hemos comentado en otros editoriales.
Pero es inaceptable si se quiere presentar logros irreales, peor de mano de un ente que debe ser técnico, como el SRI. Y más inaceptable que los actores políticos no reclamen.