En general, el surgimiento de estas denominadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) es recibido con beneplácito por lo positivo de sus intenciones; sin embargo, sus acciones no siempre han logrado sus objetivos en razón a la incomodidad que sienten algunos administradores de los bienes públicos y privados, que ponen trabas cuando las ven como intrusas al desarrollo de sus programas de trabajo.

De otro lado, se ha comentado sobre una supuesta utilización de estas ONG para fines personalistas, políticos, de figuración, destacando la proliferación de las mismas, lo que les restarían solvencia y credibilidad.

Aquello ha frustrado de alguna manera las pretensiones de colaboración con el progreso colectivo, puesto que deben enfrentar una oposición que dificulta sus tareas autoimpuestas.

Más, creemos que todo aporte ciudadano voluntario para el mejoramiento de la sociedad es positivo, al igual que hacemos votos porque las acciones de estas ONG sean las más adecuadas, evadiendo los atractivos que empañen o pongan en duda su idoneidad.