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Trabajo
Pone guapos a los muertos para su último viaje

Brochas, bases, pestañas artificiales y lápiz de labios son las herramientas de Wilter Peñarrieta, él es tanatólogo.

Viernes 21 Julio 2017 | 04:00

Popularmente, Peñarrieta es maquillador de muertos, una labor que aprendió hace cuatro años y de la que ahora es un experto. 

Lo primero que tuvo que hacer es perderle el miedo a los cuerpos rígidos y fríos, dice.
Cada día, frente a él tiene un cadáver y su misión es dejarlo elegante, hermoso ante sus familiares.
Destacó que las costumbres funerarias van cambiando y ahora casi ningún muerto va a sepultura mal presentado, él se encarga de que se vea bien, que la palidez del rostro no abrume a sus familiares y que de ser posible su elegancia sea destacada por los deudos.
Proceso. Explicó que el primer paso luego de recibir el cadáver es retirarle el exceso de líquido que generalmente tienen, luego viene el taponamiento de posible salida de sangre o líquidos. 
De allí sigue la vestimenta y finalmente el maquillaje; en ocasiones, dijo, hay rostros de accidentados que tienen daños, entonces allí utiliza cera para cubrir esas imperfecciones.
La labor le lleva más de dos horas, allí utiliza las brochas y los polvos de maquillaje, también peinillas y cepillos para dejarlos con el “look” que utilizaba esa persona.
Luego de finalizado el arreglo se los muestra al familiar, si ellos no están satisfechos entonces lo vuelve a retocar. “Generalmente sucede con las damas, yo utilizo tonos bajos o pasteles, pero en ocasiones sus deudos piden colores más fuertes”, dijo.
Señaló que cada vez el pedido de maquillaje funeral se intensifica, al punto que ahora los vivos que padecen una enfermedad o que saben que van a morir llegan y hacen pedidos especiales. Así recuerda a una señora con cáncer, quien llegó y dio órdenes precisas de cómo quería irse a la tumba.  Ella era guapa y sofisticada, había llegado de España, de donde importó las pestañas que quería llevar en su cita final; también les facilitó una peluca, les indicó el rojo pasión del lápiz de labios y el esmalte de uñas, y finalmente el vestido que quería lucir durante el velorio. 
Al final, dijo, quedó un cadáver hermoso.
Peñarrieta se hizo tanatólogo hace cuatro años, antes se dedicaba a administrar una finca de bananos. Sin embargo, de allí salió y encontró trabajo en la empresa Camposantos Jardines de la Paz, donde fue aprendiendo el oficio gracias a capacitaciones constantes y su experiencia. 
Aumenta. Silvia Macías, coordinadora de servicios exequiales, dijo que en ocasiones los propios moribundos piden que les cumplan con el maquillaje.
Mencionó que este servicio no tiene un costo adicional, sino que se incluye en el paquete exequial que brindan las empresas.
Señaló que cada vez se mejoran más las técnicas de maquillaje a muertos, lo que permite una mejor presentación.
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