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Alóag-Santo Domingo
Al menos 2 semanas para identificar a 12 víctimas de accidente

Los familiares de Edy Moreira Rosado (45) esperan su cadáver para trasladarlo a su parroquia natal, Convento, de Chone, donde lo velarán y sepultarán.

Lunes 17 Julio 2017 | 04:00

Moreira es uno de los 14 fallecidos que dejó el bus de la cooperativa La Maná, el cual se incendió la noche del viernes tras chocar y volcarse en la vía Alóag-Santo Domingo.

El accidente ocurrió a las 21h30 en el kilómetro 30 de la vía Alóag-Santo Domingo cuando cubría la ruta Quito-La Maná.
Este accidente dejó como saldo a 30 personas heridas y 14 fallecidas, de las cuales trece murieron calcinadas.
Esa noche viajaba desde Quito, donde vivía, hacia Santo Domingo, a visitar a un familiar que está delicado de salud en un hospital.
Iba con su hermana María Burgos y un nieto de ésta, de dos años. Ocupaban asientos en la primera fila del vehículo.
Según relató uno de sus familiares, tras el vuelco María salió del bus y entregó a su nieto a otra persona; luego regresó para tratar de salvar a su hermano, pero él no reaccionaba y el bus empezó a incendiarse rápidamente, desde la parte de adelante. Entonces, ella tuvo que salir, sin poder hacer más que gritar de desesperación.
La familia de Edy se debate entre el dolor por la pérdida de su familiar y el estado de salud de sus otros tres allegados, María y su nieto, afectados por el accidente, y de su otro pariente cercano, aquejado por una delicada enfermedad en Santo Domingo.
Ayer citaron a familiares directos a Quito, a las 16h00, para tratar de identificarlo por alguna prenda de vestir o alguna característica física. Este será el primer paso; luego, los cuerpos serán sometidos a pruebas de ADN para confirmar la identidad.
Dos semanas. Los 13 cuerpos retirados del bus quedaron calcinados. Al conductor lo identificaron por una cadena que llevaba y a un niño porque el cadáver no resultó calcinado, según los informes periodísticos.
Según publicó diario El Comercio, ayer por la mañana entraron a Medicina Legal seis familiares directos de las víctimas. Los peritos recogen muestras genéticas de saliva y sangre para comparar el ADN con los de las víctimas.
Paco Henríquez, médico legista de la Policía Judicial de Pichincha, informó a diario El Universo que el proceso de identificación podría durar dos semanas.
“En la primera etapa se contempla una verificación de rasgos y características de los fallecidos de forma oral, y sin visualización de los cuerpos. Cada allegado ingresa a la morgue para referir detalles particulares de su ser querido (como placas dentales, formaciones óseas, entre otras) que sirvan para identificarlo”, publicó El Comercio.
Acotó que si la información concuerda con los datos ya obtenidos por los forenses, los cuerpos podrían ser entregados a sus familias en las próximas horas.
No pudo salvarla. Daniel Zambrano se siente culpable por la muerte de su madre Consuelo Zambrano, de 50 años, también oriunda de Convento.
Ayer en la mañana en los exteriores de su casa ubicada en el sector 6 de la cooperativa Santa Martha, en Santo Domingo, se vivieron momentos de dolor.
Daniel se repetía “No la pude salvar”, mientras que su padre José Armijos lo consolaba deciéndole “usted no tiene la culpa”. 
“Ella era una buena mujer, siempre buscaba la paz. Por qué tuvo que morir una persona buena”, decía Daniel en medio del llanto.
Sus familiares y amigos que estaban a su alrededor lo consolaban en medio de su dolor.
Su hija, una niña de unos ocho años, decía “quiero a mi Consuelito”, mientras una mujer la abrazaba. La escena era desgarradora y arrancaba lágrimas. 
Sonia Armijos, cuñada de  Consuelo, sostuvo que su sobrino está afectado psicológicamente porque vio morir a su madre. “Se echa la culpa por no haber podido sacar a su mamá del bus. Nos contó que ella quedó aprisionada entre los asientos del bus. A él le ayudaron a salir, sostuvo.
Consuelo es una de las trece personas que murieron calcinadas en el volcamiento de la unidad 45 de la cooperativa La Maná.
Velocidad. Según dijo Daniel a sus parientes, el bus viajaba a exceso de velocidad.
Armijos comentó que Daniel les contó que “la gente (pasajeros) gritaba que bajara la velocidad y que el carro perdió los frenos por lo que terminó virándose”.
Daniel y su madre habían ido a Quito a una cita médica, pues ella tenía problemas de salud, según informó Armijos.
Acotó que para poder retirar el cuerpo de su pariente deberán esperar alrededor de dos semanas.
Se deben hacer las pruebas de ADN directamente con un hijo, pues los cuerpos están totalmente irreconocibles, de acuerdo a los resultados de los exámenes se podrá retirar el cadáver.
Detalló que deben acercarse a la Fiscalía de Machachi para iniciar con los trámites para hacer las pruebas de ADN, por lo que deben esperar.
Afirmó que los representantes de la cooperativa aún no se han hecho presentes con ellos. 
Explicó que su cuñada se dedicaba al cuidado del hogar y que quedan en la orfandad cinco hijos, de los cuales dos son menores de edad.
Hace once años que Consuelo y su familia llegó a vivir a Santo Domingo desde Esmeraldas.
Una placa. Maribel Minda, según El Comercio, reconoció a su hermana Silvana por una placa dental en la parte superior de su boca y por una cadena que llevaba en su cuello. 
Silvana había ido a Quito el miércoles para realizarse unos exámenes médicos y debía volver a Santo Domingo, el viernes.
Velación. En Quevedo, provincia de Los Ríos, velaron el cadáver de Erney Castillo Marcillo, de 45 años, conductor del bus.
“Pilas, nos vemos, te cuidas”, le dijo a su hijo Anthony antes de partir al viaje en que perdió la vida.
Anthony contó que ese día su padre le dijo que iba a hacer un “cachuelo” (trabajo extra), pues desde hacía tres meses estaba desempleado. Además, estaba alegre porque le habían ofrecido que volvería a trabajar en una empresa constructora.
Lo llamaban “Nico”, “El Negro” o “El Loco”. Era todo un personaje, aseguran sus amistades.
Mabel Osorio, hija del dueño del bus, asegura que Castillo ya había laborado antes con su padre y por eso le ofrecieron ese trabajo. “Era un chofer con experiencia en viajes largos”, mencionó.
También dio que el bus había recibido mantenimiento unos días antes.
Rechazo. De su lado Justo Pincay, presidente de la cooperativa de transportes La Maná, señaló que “rechazan totalmente la resolución de la suspensión de operación por parte de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT)”. 
Detalló que la ANT se saltó los procedimientos legales y que se debió esperar una investigación para poder retirar el permiso de operaciones. 
“Es una decisión arbitraria, se debió primero notificar como en todo proceso legal para poder comparecer. Vamos a seguir con las acciones legales respectivas”, puntualizó. 
Con respecto a la declaración de Pablo Andrés Calle, director de la ANT, sobre que el bus accidentado de la cooperativa no había cumplido con la revisión técnica vehicular, afirmó que sí la tenía.
“No se apega a la realidad. Antes esa revisión se la hacía cada seis meses, ahora es cada año y en agosto se vencía; es decir, estaba vigente”, acotó Pincay.
Con relación a las 52 infracciones que tenía el chofer del bus accidentado dijo que “todos cometemos errores y que las infracciones son por citaciones por paradas no autorizadas, entre otras, pero nunca por un accidente”. 
Puntualizó que él tenía 21 puntos en su licencia “por lo que aún podía seguir conduciendo”.
Reunión. Según Justo Pincay, hoy, a las 10h00, en Portoviejo se reunirán con la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros del Ecuador (Fenacotip). 
Además informó que las oficinas de la cooperativa fueron cerradas en Quito, Santo Domingo, Quevedo, El Empalme, Babahoyo, Durán, Guayaquil y La Maná.
Es la primera vez que se resuelve la suspensión de una cooperativa. Antes se lo ha hecho en determinadas rutas.
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