Actualizado hace: 931 días 1 hora 9 minutos
El precio de ser uno mismo

Transexuales señalan que no pueden conseguir empleo. Ellos se sienten discriminados.

Domingo 16 Julio 2017 | 04:00

Cuando María José cumplió 10 años pidió un deseo que el hada madrina tal vez no había escuchado nunca: quería ser niño.

Mamo, ahora de 25 años, en ese entonces se llamaba María José. De niña sus padres la vestían con faldas largas y  trenzas tipo diadema, que adornaban su cabeza pero también la confundían. 
Mamo no jugaba con muñecas ni admiraba a Barbie; le gustaba el fútbol,  aprendía karate y estaba segura que su cerebro se hallaba atrapado en un cuerpo que no  le pertenecía. 
Mamo sabía que no era niña, pero la seguían llamando María José. Y eso era chocante. Nunca esos dos nombres bíblicos y trillados le habían perturbado tanto, hasta cuando cumplió 14 años.  
A esa edad decidió confesarle a su madre toda la  verdad. Mamo le dijo que le gustaban las niñas y su madre, en un instante confuso y de resignación, solo le pidió que nunca dijera lo que sentía. Le dijo que lo  guardara para ella, porque este es un mundo cruel. 
Kasandra visibiliza a los trans.  La imagen de Kasandra cubierta de sangre y siendo llevada  en una camilla hasta una ambulancia, fue la portada de varios periódicos el martes 11 de julio. 
Ella es una persona transexual y recibió 15 puñaladas mientras trabajaba en una florería. 
El caso es indagado como robo, pero miembros del grupo GLBTI (Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transgéneros e Intersex) no descartan que haya un toque de transfobia detrás del suceso. 
“Creo que hay algo de odio; que vaya una persona a intentar matarte, a darte 15 puñaladas, es porque lo ha planificado”, señala Chavica Moreira, presidenta de la asociación Horizontes Diversos.  “Muchas de estas situaciones se dan por complejos, homofobia o  transfobia”, agrega. 
Chavica lleva más de 10 años luchando por los derechos del grupo GLBTI en Manta. Es una persona de contextura gruesa, voz delicada  y siempre lleva el cabello recogido en una cola de caballo. 
“La transfobia”, dice, “es el odio a los transexuales y aquí en Manta  eso se da mucho”, expresa. 
Chavica señala que los transexuales, sean estos transfemeninos o transmasculinos, se arriesgan mucho al  realizar el proceso de transición: ponerse nalgas, senos o, en el caso de las lesbianas, vestirse como hombres. 
“Muchos de ellos han sido rezagados a trabajar unicamente en peluquerías o en la cocina, y no es que esto sea malo, pero tenemos profesionales que no pueden ejercer por el simple hecho de ser transexuales; la gente no acepta que vayan vestidos de acuerdo  al género que se identifican. En cambio, si un gay va vestido de hombre y una lesbiana de mujer no pasa nada”, señala.
María José Fernández, coordinadora zonal (Manabí y Santo Domingo) de la Defensoría del Pueblo, dice que en Manta se han dado varias denuncias, la mayoría porque no se ha permitido el ingreso de transexuales a discotecas. 
Aunque señala que también hay ciertos sectores como el laboral, salud y educación donde aún siguen habiendo restricciones.  
Justamente por eso la Defensoría está impulsando una campaña de ciudades amigables, que en Manta se enfocará en la igualdad de género. “El tema de la violencia a la mujer y a las  compañeras trans tiene que terminar. Nosotros buscamos tener una relación armónica”, indica la funcionaria.  
Mamo no pudo trabajar.  Un auto Fabia gris del 2014 se parquea en  la calle de una urbanización  ubicada en la vía Circunvalación en Manta. Atrás, en el vidrio, hay un logo de Superman.
Del carro baja un chico de contextura gruesa y cabello corto. Lleva un pantalón negro y camiseta verde. No es precisamente Superman, pero Mamo quisiera serlo, parecerse a él. Es su cómic favorito, dice.   
Han pasado once años desde que Mamo Cevallos escuchó de su madre la frase de que “el mundo es cruel”. 
Pero no fue hasta inicios de este año cuando se dio cuenta de aquello. 
Fue a buscar trabajo en una empresa de seguridad. Recuerda haber visto en el periódico un anuncio que decía que se requerían hombres y mujeres para trabajar como guardias. 
Ese día se vistió con una camisa roja y un jean discreto, ni muy masculino ni muy femenino. Pero al ingresar, el encargado de las entrevistas de trabajo abrió su carpeta y le preguntó que cuál era su  género. 
Mamo respondió que masculino, porque así se ha sentido siempre. Allí fue cuando le dijo “no queremos personas como usted”. 
Esa frase derrumbó su mundo. “Cuando pasé por eso fue terrible, pensé que no teníamos oportunidades, que no nos aceptaban por ser como somos. Ahora me da miedo pedir un trabajo, temo que la historia se repita”, expresa. 
Mamo dice que las personas de su género se esconden en otros trabajos justamente por la discriminación; incluso, en el caso de los transexuales algunos terminan en la prostitución. 
“En mi caso yo he estudiado, estuve a punto de graduarme en administración de empresas, pero eso nadie lo valora, la gente solo se fija en como me veo”, añade. 
El caso de Mamo fue llevado a los juzgados, esperando un dictamen, pero esta no es la primera denuncia por discriminación que se da en Manta.   
Chavica Moreira, de Horizontes Diversos, dice que el año pasado colocaron dos quejas porque no se le permitió el ingreso a una “compañera” en una discoteca. También hubo denuncias por el uso de baños en un bar. 
Chavica dice que antes no había la fortaleza para denunciar, ahora se lo hace porque existe el apoyo, pero aún así hay mucha gente que calla. 
Según una encuesta realizada por  el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2013 un 70,9%, de un grupo de 2.805  GLBTI de Ecuador, sufrió algún tipo de discriminación de parte de sus familiares.
Rezagados. Unos ojos maquillados surgen en primer plano. Le sigue una boca pintada de un rojo intenso. Es lo primero que llama la atención, luego aparece una persona alta, metro 80 más o menos, con un vestido corto a rayas y un tatuaje en el brazo izquierdo. 
Su nombre es Chany, y dice haber sido víctima de la marginación laboral que existe hacia los transexuales. “Mi trabajo de toda la vida fue la cocina, estuve allí casi 16 años, laboré en un hotel y gracias a Dios los dueños de ese lugar siempre me trataron bien, pero estamos rezagados solo a eso, porque no hay una apertura total a otros trabajos”, indica. 
Chany también ha luchado junto a Chavica por los derechos del grupo GLBTI. Es más, en el 2014 se convirtió en uno de los primeros “trans” en cambiar su nombre en la cédula. Ese año dejó de llamarse Juan Carlos Alcívar y pasó a ser Chany Elizabeth. 
Aquel activismo la llevó incluso a reuniones con el expresidente Rafael Correa. “Recuerdo que él nos dijo, ‘les apoyo en todo, pero no voy a autorizar el matrimonio homosexual’, fue sincero y en realidad nos ayudó”, señala. 
Meses después se permitió incluir la palabra género en la cédula para que los miembros GLBTI se identificaran.
Chany reposa su cuerpo en un sillón mientras cruza las piernas. Dice que han tenido un día agitado, incluso no pudo ir a una reunión que tenía con sus compañeras en el centro de salud. 
En ese evento, realizado el miércoles, estuvieron varios transexuales y recibieron charlas de salud.
Horas antes, en ese dispensario, tres de ellos caminaban por los pasillos. El ataque a Kasandra es el tema de conversación. Hablan de su recuperación y de lo grave que ha sido el suceso. 
Dicen que aquello es solo una muestra de lo que le sucede a los transexuales. No tienen acceso a cualquier trabajo y los que tienen un gabinete o florería les roban. 
Micaela, por ejemplo, tenía un peluquería en el barrio San Pedro. Ella dice que el año pasado la asaltaron. Un sujeto se hizo pasar como cliente y estando en el local sacó un arma. 
“Esta no es la primera vez que sucede eso. A muchos del grupo les  ha pasado.  La gente cree que tenemos dinero, pero no es así. No es la primera vez que roban en una peluquería”, expresa. 
Micaela no maneja estadísticas de estos sucesos, pero asegura que ya son algunos casos. Y eso les preocupa, porque sienten que lo que le pasó a Mamo puede ser traumático, pero lo que le sucedió a Kasandra es muy delicado.   
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias