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Garcés, goleador de sangre fría

Carlos Garcés se paró frente a la pelota, la tomó entre las manos y la besó. Ella no iba a traicionarlo.

Miércoles 05 Julio 2017 | 04:00

Los nueve mil hinchas de Delfín ya habían celebrado antes, cuando el árbitro pitó penal en el último minuto del duelo jugado ante Independiente del Valle en el estadio Jocay, el 2 de junio.

“Mis compañeros me dijeron: ‘Todos ya celebran, tienes que hacerlo’. Nunca dudé de dónde le iba a pegar”, contó el delantero mantense que remató a la derecha y a media altura para poner el gol del triunfo en uno de los partidos que más se festejaron, porque Delfín sacó cinco puntos en el liderato, una ventaja que luego fue imposible de descontar.

Garcés tiene sangre fría. No se esconde en los momentos difíciles. Cuando el cetáceo perdía ante Barcelona en el Monumental, el 25 de junio, hubo un tiro libre fuera del área. Otra vez tomó la pelota y puso el empate. “Lo habíamos practicado y salió. También ayudó que Banguera se comiera el pique de la pelota”, dijo. 
Esos dos goles son los que Garcés más disfrutó de los nueve que ha hecho en lo que va de la primera etapa. Delfín se coronó ganador, con lo que obtuvo su pase a la final y cupo directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2018.
Garcés es un tipo abierto al diálogo. Dijo haber sentido el cariño de la gente por las calles. “Barcelonistas, emelecistas, se acercan y me felicitan”, mencionó.
El ariete cree, como gran parte de la plantilla, que Delfín este año ha sido bendecido. “Todo se nos da”, resumió.
Mal inicio. Luego de un mal inicio de temporada tras empatar de local ante River por 0-0, Delfín mejoró, y ya a la tercera fecha era líder. Ese mal arranque no desesperó al grupo, sino que lo fortaleció: había cosas que corregir.
Ese sábado, Garcés se perdió dos goles. Lo recuerda bien: fue un partido jugado en una cancha pesada por la lluvia, pero entendió que allí no se acababa el torneo.
A la semana siguiente vencieron a Liga de Quito en su estadio, pero el delantero no abriría su cuenta personal hasta la quinta fecha, cuando se despachó con tres goles en la goleada por 5-1 ante Fuerza Amarilla.
“Tuve cuatro fechas sin marcar, pero no perdí la fe, la paciencia, porque la vida del delantero es así: de rachas”, expresó.
Pero Garcés no solo contribuyó con goles, sino con cuatro asistencias. Además, el técnico Guillermo Sanguinetti impuso un estilo de juego en el que él y su compañero de ataque, Roberto “La Tuca” Ordóñez, fueran los primeros defensores en una labor de sacrificio.
Precisamente Garcés y Ordóñez han conformado una dupla temida en el torneo nacional. Se llevan bien, hablan, se dan apoyo cuando los goles no aparecen.
Garcés, quien perdió dos finales jugando con el Atlante mexicano, sueña con ser campeón con Delfín. Ya ha dado el primer paso.
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