Hace un poco más de 20 años era una hermosa playa de agua cristalina, dijo Santiago Franco, habitante de la zona y quien tiene 40 años de edad. Él recuerda que al lugar llegaba con amigos y familiares para bañarse entre centeneras de personas que también asistían al balneario cada fin de semana. 

Fue su playa favorita porque era la única donde se formaba en invierno una especie de laguna entre las aguas lluvias que bajaban del río y las aguas del mar, explicó Franco. Era un acontecimiento natural donde muchas familias se relajaban. 

José Panta, también morador, recordó cuando en el lugar se podían capturar “mulitas” bajo la arena mojada. Eran crustáceos muy diminutos que para 

varias familias de Los Esteros se convirtieron en alimento.

Pero hoy nada de aquello se puede hacer debido a que la contaminación acabó con las especies, indicó Panta. Incluso, mencionó, gran parte de esa arena mojada huele a podrido.  

Es que las aguas servidas e industriales que bajan por el río Muerto acabaron con los buenos recuerdos. 

Dice el primero de ellos que el río terminó matando a la “Playa Bonita”.  Por esa razón es que, según ambos coinciden, hace más de 15 años que la gente dejó de bañarse en el balneario.   

Acciones. La Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM) reiteró que la mayor cantidad de aguas contaminadas que corren por el río Muerto y llegan hasta la playa de Miramar provienen de fábricas asentadas en el cantón Montecristi. Pero también reconoció que existen tuberías clandestinas en barrios de la ciudad que descargan aguas servidas al cauce. 

César Delgado, jefe técnico de la EPAM, explicó que en el primer caso ya están identificados los puntos de descarga en Montecristi, por lo que se espera ahora que el municipio frene la contaminación. 

En el caso de Manta dijo que trabajan en ampliar el alcantarillado en los barrios cercanos al río para que se instalen y de esa manera no lancen más las aguas negras que terminan en el mar.