Esta muletilla se intensifica cada vez que hay elecciones populares, tratando los aspirantes a las diversas dignidades estatales captar e interpretar las mayores necesidades básicas que tienen las comunidades de los sectores marginales, usando la palabra pobres a favor de sus intereses particulares.

Cuando hablo de esa población discriminada me refiero a esa que no sabe diferenciar entre información veraz y la que es falsa, sí los que propalan las noticias a los cuatro vientos ofrecen trabajo por millares, viviendas en las mismas proporciones, construir vías en toda la geografía nacional, llevarlos a los hospitales en el instante de su padecimiento para curarlos de todos las enfermedades -habidas y por haber- del padre, la madre y familia. 

Además, entregarles medicinas en abundancia, escuelas en el fondo del sitio donde viven; es decir, no hay límites en ofrecerte regalías, subirles el bono u subsidiarles desde el gas hasta la comida. Y pensar que no tienen dinero en sus bolsillos ni para un refresco, insultan y pisotean la dignidad y muchos les creemos por no tener una educación de calidad para diferenciar las bárbaras mentiras de lo sinceridad.

Es por esta falta de la información honrada, que vale oro, que se permiten utilizar este vocablo, que según esos personajes se refieren a la base de la pirámide social, lo que es falso. Lo que verdaderamente la mayoría de los seres humanos de este país carecemos, y en lo que somos pobres, es el conocimiento real de la información.

Esas expresiones del mandante, de lo que la voz del pueblo es la voz de Dios, aquello de los pobres de mi patria, se convierten en quimeras cuando el mandado obtiene el poder; de allí hacia adelante somos simples estadísticas.  Debería establecerse normas para que en época de elecciones no manoseen esa terminología, no pidan el voto de los pobres para vivir en palacio como príncipes, son detestables. 

Exigir que no polaricen la sociedad; todos somos iguales, con las mismas obligaciones y los mismos derechos; entre hermanos debemos actuar férreamente unidos. Es la única manera de salir adelante.

Cuando los candidatos ofrecen aumentar el bono solidario lo que están haciendo es creando mayor dependencia de los individuos a recibir dinero, quitando el impulso para que esas personas se vuelvan productivas, emprendedora. Hablan de todo para el pueblo, y cuando deciden, nada con el pueblo. Es la viveza para lograr captar la atención de personas inocentes que siempre están mirando hacia arriba, esperando que el mesías llegue para que les realicen el milagro de salir de pobres.