Cuando se toman decisiones para la ciudad, que lógicamente las respetamos porque cada autoridad que elegimos tiene su planificación y su ideal de cómo quiere ver a Portoviejo después de sus 4 o 5 años de gestión, siempre creemos que va a hacerlo en función de una mayoría, pues no se puede contentar a todo el mundo; ni tampoco podemos esperar que caiga en gracia cada decisión. Pero es por la mayoría que se llega a ganar una elección; y esa gran mayoría a la que me refiero es la que necesita de una autoridad competente, solidaria, justa y ecuánime, que sepa equilibrar el concepto de ciudad con la solución a las necesidades prioritarias de esa gran mayoría de la población.

Sin duda alguna para el Alcalde, ha sido el 2016 un año bastante difícil, pues las consecuencias que nos dejó el terremoto trajo un cambio a la planificación y por lo tanto tomar decisiones, en función de levantar de los escombros al centro de la ciudad y realizar los cambios que desde hace tiempo este sector de Portoviejo exigía.

Pero, a más de un año del terremoto, observamos obras que fueron realizadas por las alcaldías que la precedieron y que están siendo intervenidas nuevamente; como por ejemplo los parques y las calles céntricas. El presupuesto del municipio está siendo utilizado en estudios, seguir adecuando parques y volviendo a construir las calles que hace poco fueron reconstruidas.

¿Y qué de las necesidades básicas del pueblo; de construir o adecuar las calles principales y secundarias de los grandes barrios de Portoviejo? ¿y qué de utilizar el gran baluarte de profesionales y técnicos portovejenses que bien hubiesen aportado a un bajo costo los estudios necesarios en arquitectura, infraestructura básica, redes eléctricas, telefónicas, entre otras?

En tiempos de sequía debemos ahorrar el agua; pero parece que eso es lo que menos hacemos; gastamos en estudios elevadísimos, contratamos profesionales importados, destruimos las bases de lo que ya está hecho, remodelamos parques a un costo más alto de lo que costó construirlo; y nos olvidamos de lo realmente importante: nuestra gente, su potencial profesional, productivo y económico.

Cierto, Portoviejo necesita verse hermosa, pero para ello no debemos desperdiciar recursos de forma innecesaria. Las obras pueden realizarse de la misma manera sin tener que sacrificar a nuestra gente. Los empresarios nos reubicamos, nos levantamos como pudimos y con paciencia esperamos el cambio; pero cuando nos dan las cifras, para quienes conocemos del campo de la construcción simplemente creemos que pudo costar menos, o que con lo mismo puede hacerse más.

Por eso, señor alcalde, atienda este llamado; no con el fin de criticar su gestión porque estoy de acuerdo en poner hermosa a Portoviejo, pero atienda prioridades. Los parques por remodelar pudieron esperar, las calles de las 11 cuadras del centro que están siendo intervenidas no necesitaban destruirse totalmente.