Actualizado hace: 936 días 17 horas 10 minutos
Franklin Castro Pilay
Venezuela y la crisis económica

Primero, debemos conocer que su economía está encaminada a las exportaciones, principalmente del petróleo.

Jueves 22 Junio 2017 | 04:00

Venezuela ha resistido los embates de factores externos para el manejo interno de la economía. 
Fuentes oficiales declaran que es un Estado en el cual se cumple con las obligaciones crediticias adquiridas y aun así el índice riesgo país no es favorable. 
No existen datos reales, existen son percepciones en donde se acomoda la objetividad de acuerdo al sector que lo plantea. 
El FMI dice que el PIB en el año 2016 cae un 4,5. La inflación para el 2017 podría sobrepasar más del 1.500 por ciento.  
Estas cifras se verían favorables frente a los datos arrojados según el Banco Central. El PIB tiene una caída del 23 por ciento, el doble según el FMI, la inflación de igual manera con cifras astronómicas que superan los valores dados por el “cauto”  FMI. 
La historia de la economía registra que países como Gran Bretaña, durante la Segunda Guerra Mundial, tuvieron índices alarmantes en materia económica. Siria y Libia, por cita referente, también registran caídas en el PIB, pero con la condicionante: son países en guerra. 
Amigo lector, plantéese entonces: ¿Venezuela es un  país en guerra? ¿Es Venezuela un país en donde el experimento de una economía de bonanza petrolera se convirtió en un fracaso social? 
Citemos a Carlos Marx, padre del socialismo científico. La lucha de clases y el control por el poder político polarizado en dicho país, hacen en la actualidad una zona de guerra y de gran conflicto social, en donde la economía juega un papel preponderante como factor de sojuzgamiento. 
No hay un socialismo científico en el país caribeño, quítese esa idea de la cabeza amigo lector. Existe es un estatismo mal diseñado y  de intereses mezquinos de lado y lado. 
La calle se ha convertido en el escenario muy al estilo Manny Montes, en donde se trata de una pelea por sobrevivir, sin un horizonte claro para la oposición que persigue un golpe de Estado y por el lado del oficialismo el sostenimiento de un modelo político que agoniza cada día que pasa, en donde el que resiste no es Maduro, el que resiste es la guardia nacional bolivariana. 
Es un pulso de poderes. Es un tira y nadie afloja. 
Es un conflicto en donde la solución está lejos de alcanzarse, en donde el diálogo ya no surtirá efecto en un país que se venía fragmentando como un cristal frágil. Venezuela resiste. 
Hasta la próxima.
 
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