Solo ayer se utilizaron dos maquinarias agrícolas, dos volquetas y cerca de diez personas para iniciar la eliminación del monte. 

Una vez hecho este proceso, se fumigó con químicos el área intervenida. La maleza fue llevada hasta el botadero. 

Hidalgo aseguró que el químico no mata los animales, solo es una especie de repelente que las ahuyenta. 

Estas acciones, que continuarán a lo largo del mes, buscan evitar la anidación y sobrepoblación de aves cerca a la pista de la terminal aérea. 

Esto porque, de acuerdo a un informe del departamento de Seguridad del Ala de Combate 23 de la Base Aérea, las aves, en su mayoría tórtolas (frijoleras rabo blanco), se han convertido en una amenaza para el aterrizaje, despegue y vuelo de los aviones comerciales que llegan a Manta. Están impactando contra las turbinas de las aeronaves y ocasionando afectaciones. 

El Ala de Combate alertó el 5 de junio que si no se tomaban correctivos urgentes ante esta problemática, podría ocurrir un accidente aéreo, o el aeropuerto se exponía a un cierre total debido a la inseguridad existente. 

Las tareas de intervención se realizan entre la Prefectura, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Municipio de Manta, Gobernación de Manabí, Ministerio del Ambiente y la empresa privada Logropó. 

Esta última es la propietaria de una bodega ubicada a 500 metros de la pista del aeropuerto, donde se almacena trigo. 

Según el departamento de Seguridad, es ahí donde las aves comen y luego pasan a la maleza de la terminal, que por el invierno pasado creció a más de un metro de altura. Por aquella razón Logopró se sumó a los trabajos emergentes y decidió donar el químico con el que se fumigó ayer el suelo.  

Reacciones. Ramón Castro, ciudadano, pide que la solución al problema sea permanente para evitar a futuro que se repita. 

Es decir, que luego de la intervención se continúe trabajando en evitar que la maleza vuelva a crecer. 

“Las autoridades deben hacer algo definitivo porque este es el único aeropuerto que tenemos en la provincia”, manifestó Carlos Vera, ciudadano. 

El gobernador Xavier Santos dijo el miércoles, en una reunión con varios funcionarios donde trataron el tema, que levantaría un informe de lo que está ocurriendo en el aeropuerto para enviárselo al presidente Lenín Moreno.  

Dijo que si por él fuera le recomendaría a Moreno que cierre la terminal aérea, pero también aclaró que el objetivo es intervenir para evitar aquello. 

Aún se desconoce cuándo enviará el informe. 

Para Armando Alcívar, exadministrador del aeropuerto de Portoviejo, fue oportuno la alerta hecha por el departamento de Seguridad porque, agregó, de esa manera se salvan vidas. 

“Es necesario desde ahora tener un cronograma para cortar la maleza de manera periódica y evitar toda cosa  cercana al aeropuerto que las atraigas”, indicó Alcívar. 

De acuerdo al registro de Seguridad, en mayo hubo cinco aviones que fueron impactados por aves, uno de ellos fue el presidencial.

Se ha buscado conocer en la Dirección de Aviación Civil (DAC) de Manta detalles sobre los motivos por el cual no se cortó a tiempo la maleza, pero su titular, Adriano Zambrano, se ha negado a pronunciarse aduciendo que no tiene autorización para dar detalles a la prensa.   

Alba González, presidenta de la Cámara de Comercio de Portoviejo, criticó que hoy se hable de un posible cierre del aeropuerto cuando, a su criterio, se ha esperado mucho para actuar ante el problema de las aves. Ella cree que han faltado decisiones. 

“Hace falta gestión de las autoridades para que el único aeropuerto que le queda a Manabí no cruce por esta situación. Hay mala predisposición política para sacar adelante el aeropuerto. Además, aquí hay que poner una buena inversión para que pueda funcionar como se ha anunciado”, dijo González 

Impacto. Una paloma al chocar contra la turbina de un avión que viaja en descenso a una velocidad de 200 kilómetros por hora, ocasiona un impacto de 1,7 toneladas, informó el Ala de Combate. 

En el aire, un avión viaja a 500 kilómetros por hora, por lo que el impacto representa el golpe de aproximadamente diez toneladas. Y un ave más grande, un gallinazo, por ejemplo, puede provocar la destrucción total de una ala del avión. Y de la gravedad del daño dependerá que el piloto logre aterrizar en el aeropuerto o el avión se desplome sobre las casas, se advirtió.