Miller Andrade, uno de los afectados, manifestó que él y dos compañeros más estaban en la parte alta del tanque y empezaron a hacer ruido, lo cual al parecer alborotó a los insectos, dijo.

Andrade señaló que en cuestión de segundos las abejas los atacaron.

Ricardo Vélez, otro de los afectados, indicó que el riesgo que corrían era doble, debido a que no se podían lanzar de donde estaban porque era muy alto. Calculó que estaban a unos 30 metros, por lo que prefirieron bajar por la escalera.

Mientras descendían, las abejas no paraban de picarles, “nuestras cabezas estaban llenas de abejas, era algo horrible, nos tuvimos que revolcar en el piso, en el monte, el ataque duró unos veinte minutos”, sostuvo Vélez.

Mencionó que los habitantes del lugar cerraron las ventanas y puertas de sus casas para evitar que las abejas entraran.

Varios perros que estaban por el lugar ladraron al ver el alboroto que se había formado, y ese ruido alejó a las abejas.

Recién en ese momento los hombres fueron liberados por los insectos, para ese entonces la hinchazón en sus rostros, cabeza y manos era notoria, dijeron.

Los dos obreros, más su compañero, que fue identificado como Juan Pablo, fueron llevados al centro ambulatorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), para que los atendieran.

Hasta el cierre de la presente edición los médicos analizaban transferir a Juan Pablo a Santo Domingo de los Tsáchilas, ya que resultó más afectado por la picadura de las abejas, se informó.