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El último ‘arpero’ de la región
El último ‘arpero’ de la región

Cuando Víctor Sisa cuenta su historia de cómo aprendió a tocar el arpa, su voz se entrecorta, pero a la vez existe un fulgor en sus ojos.

Miércoles 24 Mayo 2017 | 04:00
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Él tiene 63 años de edad y es oriundo de San Vicente del cantón Píllaro, en Tungurahua. No solo es hábil para entonar el arpa, pues desde hace 43 años se dedica a la elaboración de este instrumento musical, que fue introducido en Ecuador en época de la Colonia.

Sisa elabora las arpas con madera seca de capulí, cedro y pino importado, su secreto es usar madera de árboles que tengan entre 70 y 90 años, para que el sonido sea suave y fino.
Por eso su talento tiene fama, al igual que la música que interpreta en su natal Píllaro. “Soy el heredero de estos conocimientos de mis antepasados que también entonaban este instrumento”, afirma Víctor. 
En su pueblo, localizado en la vía a la parroquia San Miguelito, es considerado como el último ‘arpero’ de la región.
El artesano se lamenta porque ninguno de sus cuatro hijos aprendió esta profesión que es el sustento de su familia. 
“El arte va a morir cuando yo muera, porque así como mis hijos, ya los jóvenes de estos tiempos no desean aprender de este oficio”, manifiesta con voz entristecida. 
La fabricación de una sola arpa le toma tres meses, todo el proceso es manual y por eso cuesta de 2.000 a 2.500 dólares o más.
Sus instrumentos han sido vendidos tanto a artistas nacionales como extranjeros, uno a quien recuerda con mucha emoción es Gonzalo Castro, un arpista muy reconocido a escala nacional, “fue a quien le vendí una de mis primeras obras”, menciona Víctor.
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