Actualizado hace: 937 días 10 horas 56 minutos
Tailandia
Pelean por su libertad

El sistema penal tailandés desarrolló un programa en el que un prisionero tiene la oportunidad de luchar para ser libre, sin importar el delito que haya cometido.

Viernes 12 Mayo 2017 | 04:00

“Perdí el control. Estaba borracho y lo maté”, aseguró Noy Khaopan, quien tenía que haber cumplido una condena de 11 años por asesinato.

Pero no llegó a cumplir la condena tras haber asesinado a puñaladas a Anirut Vanichyaron, un estudiante de secundaria, en los festejos de Fin de Año en el 2010. 
Durante su estadía en la cárcel de Ayutthaya, en Tailandia, se introdujo en el programa ‘Prison Fight’, y quedó en libertad después de pelear por ella en un torneo de muay thai, conocido también como boxeo tailandés, que mezcla varias artes marciales además del boxeo.
Inicios. La prisión de Khao Prik es una de las principales sedes en las que se practica este torneo, creado en el 2012 y que, según su página web, PrisonFight, está orientado a “dar a los presos un objetivo, una esperanza”.
La competencia consta de cinco combates (cantidad que puede variar), en los que los reos se van eliminando hasta llegar a la final, en la que deben pelear contra un boxeador profesional de muay thai. La única condición para participar en el programa es que deben estar cumpliendo una condena de larga duración.
Uno de los casos más relevantes fue el del luchador de muay thai profesional Cody Moberly, quien fue la víctima de Khaopan, un asesino que cumplía condena y que con su victoria en el torneo consiguió el indulto.
Desde su creación en el 2012, ya son varios los que pudieron salir de prisión. Chalernpol Sawangsuk es otro recluso que fue exonerado tras vencer al boxeador británico Arran Burton.
“No luchan por dinero, luchan por su libertad”, detalló Dave Leduc, peleador profesional canadiense, y agregó: “Yo solo lucho por el honor y la gloria”.
En respuesta a la polémica que generó en todo el mundo, las autoridades asiáticas argumentan que el muay thai en Tailandia es poco menos que una religión, y que sus reclusos continúan siendo humanos y merecen una oportunidad. 
También aseguraron que los problemas internos, tales como el uso de drogas y los comportamientos violentos, disminuyeron notablemente.
Los combates se dan dentro de la cárcel, con cheerleaders y público presente.
El cineasta Micah Brown grabó el documental ‘Prison fighters: 5 rounds a la libertad’, en el que se analiza en profundidad esta forma de obtención del indulto.
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