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‘Salta el cerco’ de la OEA

Venezuela dio un paso histórico al ser el primer país en solicitar la salida de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Domingo 30 Abril 2017 | 04:00

Sin embargo, esta salida no será efectiva hasta el 2019, después de las elecciones presidenciales previstas para el próximo año.

Pero... ¿Qué es la OEA? ¿Cuánto gana y cuánto pierde Venezuela al salir de ella?
Vamos por partes.
Según su página web, la Organización de los Estados Americanos es el organismo regional más antiguo del mundo. Su origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington, Estados Unidos, de octubre de 1889 a abril de 1890, en que se acordó crear  la Unión Internacional de Repúblicas Americanas.
En su forma actual, la OEA se creó en 1948, cuando se suscribió en Bogotá, Colombia, la Carta de la OEA, que entró en vigencia en diciembre de 1951. 
Según ese documento, la OEA busca “un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”.
Actualmente reúne a 35 estados de América.
La web institucional anota que para lograr sus más importantes propósitos, la OEA se basa en sus principales pilares, que son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo.
El primero. En sus 65 años de historia, ningún país se ha retirado voluntariamente de la OEA, aunque Cuba fue excluida del sistema Interamericano en 1962 y Honduras suspendida temporalmente en julio del 2009.
De ser así, Venezuela sería el primero.
Para esto, la representante venezolana en la OEA, Carmen Velásquez, entregó el viernes al secretario general del organismo, Luis Almagro, la misiva con la que su Gobierno denuncia la Carta de la OEA.
El Gobierno de Nicolás Maduro, que siempre ha sido muy crítico con la OEA, tomó esta decisión sin precedentes al constatar que en el organismo hay una mayoría de Estados que quieren mediar en la crisis política del país pese al rechazo frontal de Caracas a cualquier participación del ente.
Eso quedó patente el miércoles, cuando la mayoría de los Estados miembros, 19, votaron a favor de convocar una reunión de cancilleres sobre la situación de Venezuela a la que Caracas se oponía, frente a 10 en contra, 4 abstenciones y una ausencia.
Ese fue el desencadenante por el que ese mismo día la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunció que Maduro había dado órdenes de pedir la salida de la OEA.
Aunque el Gobierno venezolano reconoce que la salida no será efectiva hasta dentro de dos años, como marca la Carta de la OEA, Maduro dejó claro el jueves que ya no reconoce “ninguna reunión, ninguna decisión de la OEA que vulnere el derecho internacional e intervenga en los asuntos de Venezuela”.
Sin embargo, los países de la OEA pueden seguir haciendo reuniones sobre Venezuela y tomar decisiones al respecto, porque durante estos dos años es un “miembro pleno con todos sus derechos y obligaciones”, según explicó el miércoles a Efe el secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi.
La reunión de cancilleres sería después del encuentro de los ministros de Exteriores de la Comunidad del Caribe (Caricom) del 18 de mayo.
Gana. La BBC publicó en su página web que la posibilidad de una suspensión de la OEA habría sido el detonante para tal decisión del Gobierno de Venezuela.
Aparte, ya Maduro había tenido enfrentamientos con Almagro.
Con esto también le resta legitimidad a una eventual resolución en su contra, agrega el medio internacional.
Aparte, la imagen de una confabulación desde el exterior puede darle réditos a la figura de Maduro.
Con su retiro, el régimen venezolano podría reforzar espacio en otros foros que no le son tan desfavorables, como la Celac o Unasur.
Además, al ser la OEA un espacio de diálogo político, la decisión tendrá un impacto simbólico, destaca BBC.
El organismo nunca ha tenido el poder para imponer sanciones económicas, como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ni tiene el carácter de gobierno supranacional de la Unión Europea, por lo que las relaciones de Venezuela con el resto de países del hemisferio se seguirán definiendo a nivel bilateral.
Pierde.  A pesar de esto, la decisión parece confirmar el creciente aislamiento del gobierno de Nicolás Maduro, añade la publicación.
Agrega que podría terminar provocándose el endurecimiento de las posiciones de otros países, incluyendo algunos que hasta hace poco Venezuela contaba entre sus aliados, como Brasil y Argentina.
Los analistas consultados por BBC señalan que están en riesgo la credibilidad internacional y la legitimación del Gobierno de Maduro.
Otro de los campos en los que se pierde es el espacio de mediación, que pudiera ayudarle a buscar salida a la crisis.
Otro impacto sería económico, aunque Venezuela ha dicho que no pagará las cuotas que adeuda por más de 10 millones de dólares.
La salida de la ONU también podría llevar a que Venezuela abandone otras entidades del Sistema Interamericano, como el Banco Interamericano de Desarrollo que, pese que ha tenido un rol pequeño en el financiamiento público de Venezuela, ha sido una fuente de asesoría técnica.
También podría perder la cartera de crédito, que suma 1.780 millones de dólares.
Otra duda es qué ocurrirá con el personal de la Misión de Venezuela, que ha prometido no volver a la OEA y dejar vacío a partir de ahora su sillón en el Consejo Permanente.
Hay muchos interrogantes porque no hay precedentes: ni siquiera Cuba, a la que se suspendió en 1962 y se le levantó la suspensión en el 2009, ha denunciado nunca la Carta de la OEA, por lo que sigue siendo miembro del organismo, aunque no participa y asegura que no tiene interés en hacerlo.
Por lo pronto, Venezuela emprendió el camino. Es posible que en el trayecto de dos años haya un cambio de decisión. Como también podría ser que se concrete el hasta ahora inédito abandono voluntario de la OEA.
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