También fueron desplegadas varias unidades de lanzacohetes múltiples M270 de EE.UU., una temida lanzadera motorizada y acorazada que disparó multitud de proyectiles durante estos juegos de guerra.

Este ejercicio, que EE.UU. y Corea del Sur (técnicamente enfrentada en guerra con Corea del Norte desde hace casi 70 años) no incluían en su programa desde el 2015, se produce apenas un día después de que el régimen de Kim Jong-un celebrara el 85 aniversario de su Ejército con sus mayores ejercicios artilleros hasta la fecha.

EE.UU. también ubicó en Corea del Sur su escudo antimisiles para bloquear un posible ataque del régimen de Kim Yong-un.

El panorama de tensión que se vive en la península coreana a raíz de las continuas pruebas de misiles norcoreanas y la subida de tono en la retórica de Washington, se ve acrecentado por este tipo de maniobras bélicas a ambos lados del paralelo 38.

Además, Washington ha decidido enviar a su portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson y a su flota de ataque para realizar maniobras conjuntas en la región hacia finales de semana.

Al actual panorama se une la posibilidad de que Pyongyang decida realizar su sexta prueba nuclear (como muestran las últimas fotos por satélite de su centro de pruebas nucleares), una acción que podría incrementar las tiranteces con Washington, que ha insinuado que estudia realizar ataques preventivos.

China. El ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, subrayó ayer que la situación en la península de Corea es muy frágil e instó a “todas las partes” a la “contención” y a evitar “nuevas provocaciones”.

En la rueda de prensa que ofreció durante su visita de trabajo a Berlín junto a su homólogo alemán, Sigmar Gabriel, Wang aseguró que el estado de la “seguridad y la estabilidad” en la península coreana es “quebradizo”, y abogó por retomar las negociaciones a seis bandas y por una “solución pacífica” del conflicto.

“La tarea más urgente es retomar las negociaciones”, aseguró Wang en sus declaraciones.