En La Pila se encuentra un artesano que talla y da forma a la piedra con imágenes prehistóricas y cuadros elaborados a punta de cincel y golpes.  

Este personaje es Gonzalo Muentes Mero (45), padre de tres hijos, de contextura gruesa y melena larga, quien tiene 15 años en la actividad y es considerado el artesano que aún con sus figuras da vida a sus raíces ancestrales.

Recorren el país. Sus trabajos en piedra se encuentran en conocidos museos de la provincia de Manabí, Pichincha, Guayas y otros puntos del país, especialmente la silla manteña. 

La  hora de elaborar o tallar las figuras precolombinas, dice hacerlo con mucho esmero y dedicación.

Las piedras son traídas desde las montañas y escogidas por el artesano, quien considera que para la elaboración de estas figuras se necesita un material fuerte y resistente, que a la hora de golpear con el cincel y el martillo no se destruya.

“Estas piedras se las consigue muy lejos de La Pila, tengo que acudir a las montañas, escojo las piedras y en ese mismo lugar les realizo el tallado para que no se me haga tan pesado a la hora de trasladarla hasta la parroquia”, indicó Gonzalo, quien recordó que cada figura de 70 a 50 centímetros de alto, requiere mucho tiempo y esfuerzo  para la elaboración. 

Material. El amor por tallar piedra y dar forma a este material resistente, para Gonzalo, empezó hace 15 años, cuando se dio cuenta en una época de invierno, que el barro exigía un clima más caluroso y la lluvia no le ayudaba a seguir confeccionando sus figuras.

Afirma que en una época todo su esfuerzo se desvaneció con un gran aguacero, donde todo se lo llevó el agua, causándole grandes pérdidas económicas. 

Además, el hombre recordó que la piedra no necesita meterla a un horno y quemarla para darle forma. Solo requiere una buena tallada y esmero, pero con paciencia. 

“Un día de esos agarré una piedra y empecé a darle forma y como molde utilicé una pieza arqueológica que encontré por los cerros y me salió perfecta; desde entonces, esta es mi actividad cultural”, dijo.

Trabajo.  Hasta la fecha, según recuerda Gonzalo, ha confeccionado más de dos mil piezas y por la cuestión económica y la poca venta, han bajado de precio.

Hace 9 años cada una de estas esculturas llegaban a costar hasta mil dólares, pero ahora no pasan de los 300 dólares aproximadamente.

Felipe Bailón, vicepresidente de la Junta Parroquial de La Pila, recordó que en este sector existen más de 200 artesanos que se dedican a la elaboración de esculturas en barro y otros de cemento. Pero Gonzalo Muentes es el que más ha dedicado su arte en piedras.

La autoridad indicó que a veces las réplicas intactas son adquiridas por los extranjeros que visitan La Pila, quienes son los mayores compradores de este producto.