Con tristeza aún recuerda que hace 14 días, a las 17h00, los ríos que cruzan por su vivienda empezaron a crecer por las fuertes lluvias en su sector. “Ahí empezó, pero no demasiado; sin embargo, a las 21h00 se desbordaron los ríos, que parecía que era el diluvio. Era fuerte, se podían observar los árboles como rodaban”, expresó.   

Trinidad Arteaga, también oriunda de Pisloy Centro, narra que se encontraba cocinando y lavando –esa es su costumbre-. Dice que había dejado la ropa en remojo y cuando empezó a llover fuerte, bajó y su ropa se la había llevado el río.

Explica que no quería salir de su casa y abandonar la tierra que la vio crecer, pero lo hizo porque todos los habitantes empezaron a salir de sus hogares. 

“Yo no quería salir porque tenía cuatro gallinas y dije: si salimos mis gallinitas se pierden”.   

Ambas dicen que no han perdido sus viviendas y están agradecidas por la ayuda que se les está brindando en el albergue. Indican que por eso no se quejan, tienen de todo, pero señalan que quieren regresar a sus viviendas porque su hogar está en el campo.

Traslado. Cayetano Cañarte, analista de preparación y respuesta de la Secretaría de Gestión de Riesgos zonal y encargado del albergue, señaló que ayer se hizo la adecuación y desbroce de maleza del excentro educativo Divino Maestro. El traslado se dará en el transcurso del día con ayuda de miembros de las Fuerzas Armadas y voluntarios.  

Cuenta que las 106 personas, actualmente albergadas en la unidad educativa Francisca Vera Robles, estarán en mejores condiciones, ya que las instalaciones del nuevo albergue provisional brinda más espacio.

Cañarte explica que las 29 familias damnificadas seguirán en el albergue hasta que los técnicos terminen los estudios en las comunidades afectadas. Posteriormente, las autoridades tomarán las medidas correspondientes.