Hace una semana la tierra bajo sus pies continuó cediendo, pero esta vez de forma alarmante. El suelo de la cocina se levantó como si algo emergiera desde la tierra, la estructura se volvió totalmente inestable.
“Supe que era muy grave y no nos quedó más remedio que salir”, cuenta este ciudadano que junto a su esposa y tres hijos fue uno de los albergados que de la ciudadela Briones, en la parroquia San Pablo, pasaron al aeropuerto Reales Tamarindos, donde se reinstalaron carpas para recibirlos.
“Ya estoy esperando que vengan a demolerla; es doloroso, pero es lo que hay que hacer. Espero que cumplan su palabra y nos lleguen pronto las casas”, dice Danny, quien tiene puestas sus esperanzas en el ofrecimiento de que serán reubicados en viviendas.
Acciones. Mientras en la zona siguen las tareas de evacuación de las familias, se alista el proceso que espera derrocar, al menos, en una primera fase, un centenar de casas que están en riesgo.
Dalton Andrade, director municipal de Riesgos, explica que lo primero es poner a buen recaudo a las familias. Hasta ayer las cifras eran 59 familias albergadas. Además, 40 familias fueron acogidas por familiares o amigos y 32 aún se resistían a salir de la zona de riesgo.
Señala que la idea es dar una solución mediante la modalidad de pagos de arriendos para no prolongar su estancia en albergues, mientras se planifica y construyen las casas de reubicación que estarán a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).
Mientras eso ocurre se realizan los estudios técnicos para demoler las viviendas afectadas.
Andrade dice que este paso es imprescindible para poder luego intervenir en el lugar, reforzando los taludes y proteger así las edificaciones que están en la parte baja de la zona de riesgo.
Menciona que tienen unas 74 casas evacuadas en las últimas semanas y 26 que corresponden a los evacuados del 2012 y 2013.
“Estamos haciendo los estudios técnicos y jurídicos para llevar estos procedimientos de la mejor forma. Esperamos tener todo listo para empezar la próxima semana”, dice.
Vigilante. José Cevallos, dirigente barrial del sector, manifiesta que están vigilantes para que los pasos se cumplan y aseguren el bienestar de la población.
Señala que desean que no se deje solos a quienes evacúan y que se garantice que serán reubicados en nuevas viviendas.