Actualizado hace: 931 días 23 horas 33 minutos
Los diablos de Alangasí

Desde hace 158 años aparecen en Alangasí, justo en Semana Santa, unos diablos con coloridas máscaras llenas de cuernos y colmillos.

Lunes 17 Abril 2017 | 05:00

 Según publica diario La Hora, “los diablos” ingresan desde el Viernes Santo sin respeto alguno a las iglesias católicas, mientras se realiza el oficio religioso, portando revistas pornográficas, dinero, tecnología de punta y más objetos con los que pretenden llamar la atención de los feligreses y corromperlos.

“Cada Semana Santa salimos (los diablos) a entorpecer todos los ritos religiosos de Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección”, expresa Tomas Chichán, diablo capataz que lleva más de 20 años representando a ese personaje, quien añadió: “Somos los diablos de Semana Santa de Alangasí y lo que queremos es hacer notar a las personas lo malo que hay en el mundo: la lujuria, el alcoholismo, la avaricia… Deseamos hacer notar lo contrapuesto a lo bueno que es Jesús”.
La maldad se apodera.  Los diablos aparecen el Viernes Santo, después de enterarse que Jesús fue apresado. Recorren las calles de Alangasí tentando a sus habitantes y a quienes los visitan. 
Esperan pacientes en la puerta de la iglesia matriz, mientras el cura hace referencia a las ‘Siete palabras’ que Jesús pronunció antes de su muerte. 
Después de hacer referencia a la sexta palabra: ‘Todo está consumado’, “el diablo se apodera del mundo, pues sus pupilos entran a la iglesia a apoderarse de ella. Cuando muere Cristo en la cruz es el júbilo de nosotros (los diablos) porque se fue el bueno y reina el mal”, relata Chichán.
En un nuevo intento por apoderarse del mundo, los diablos buscan interrumpir la ceremonia religiosa de resurrección, el Sábado de Gloria; ingresan a la iglesia abriéndose paso entre personajes santos (almas santas, cucuruchos…) y cientos de feligreses, pero al enterarse que Jesús resucitó, emprenden la huida para ocultarse en las tinieblas.
El Domingo de Pascua, cuando el bien triunfa sobre el mal, se ejecuta al diablo, representado en un muñeco de trapo, y luego el pueblo festeja la Pascua florida con música y juegos pirotécnicos.    
Acto de penitencia. En la Iglesia Católica los fieles devotos preparan el cuadro vivo de la Semana Santa y la procesión por las principales calles de la parroquia en la que participan cucuruchos, turbantes, santos varones, soldados romanos, abanderados y más.
Los más de 20 diablos, que se organizan desde horas de la madrugada del Viernes Santo, salen a las calles con sus cuerpos pintados de rojo y negro con serpientes, calaveras y más símbolos del diablo, con capas rojas, pesadas máscaras, botas y tridentes bulliciosos, ingresan a negocios y casas, se ríen, se mofan y asustan a todo cuanto ciudadano pase cerca de ellos.
Pero representar al diablo es una penitencia, asegura el diablo capataz Tomas Chichán. 
“Es un sacrificio toda la actividad física que se hace en los días de su aparición, como es caminar mucho, estar de pie varias horas, cargar pesadas máscaras... Este sacrificio vale la pena, porque los participantes piden perdón por sus pecados o agradecen lo bueno que ha llegado a sus vidas. Representamos al diablo, pero interiormente nuestro corazón está con Cristo Jesús, entonces para nosotros sí es un verdadero sacrificio…”, enfatizó. 
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias